Los amantes del cine, y no tan amantes, tienen una cita con una de las exposiciones más esperadas por el público en los últimos años. Stanley Kubrick. The Exhibition llega al Círculo de Bellas Artes de Madrid para adentrarnos en el complejo universo del querido director y rodearnos de la atmósfera de sus míticas películas como 2001: Una odisea en el espacio, con la que se consagró como uno de los más importantes referentes culturales del siglo XX. Una curiosa e impactante exposición que se puede visitar hasta el 8 de mayo de 2022.
Stanley Kubrick. The Exhibition llega a la capital española tras haber sido visitada por más de 1 millón y medio de espectadores en su gira internacional por ciudades como Los Ángeles, Toronto, Barcelona, Seúl o Säo Paulo. Aunque esta vez de forma distinta, ya que no está ordenada cronológicamente. El singular itinerario nos adentra en la mente del genio a través de las claves que hacen tan especial su obra cinematográfica.
Además, en paralelo a esta exposición, el Círculo de Bellas Artes de Madrid ha organizado varios eventos sobre Kubrick. El principal es el visionado desde 26 de diciembre de 2021, y hasta el 29 de enero de 2022, de once de sus trece películas. Puedes consultar la programación aquí.
La magnífica exposición se compone de dos salas donde la trayectoria artística de Kubrick está representada al completo. El primer espacio cuenta los detalles más íntimos del director, desde sus primeros pasos como fotógrafo hasta la gran fuerza visual y creativa del cineasta en su carrera. La segunda sala nos sumerge en las películas más emblemáticas del referente cultural con diversas recreaciones y la presentación de objetos únicos.
Un total de 600 piezas originales y únicas se encuentran entre los dos espacios. Desde la silla del director hasta el vestuario de las niñas de El resplandor (1980), pasando por los carteles de sus películas o fotografías inéditas. Aquí van las ocho obsesiones del director que son claves en su filmografía.
1. LA MIRADA
Con 13 años el padre del querido director, Jacob Kubrick, le regaló una Graflex y un año antes le enseñó a jugar al ajedrez. El competitivo juego le moldeó la mente mientras que la fotografía le enseñó a mirar. Tanto es así que con tan solo 17 años, en 1945, comenzó su andadura como fotógrafo en la revista Look hasta 1950. Aquí aprendió a contar las historias a través de imágenes y a entender el cine como una experiencia visual. Y como dice Isabel Sánchez, comisaría de la exposición, “es un inicio muy diferente al resto de directores de cine, ya que educó su mirada desde el principio”.
Las cinco mejores películas de Kubrick según los usuarios de SensaCineTras su marcha de la revista, empezó a buscar su estilo a través de tres documentales que se centran en diferentes personas: el boxeador Walter Cartier, un cura rural de México y el funcionamiento de un sindicato de mineros. Su primera película, Miedo y deseo, llegó en 1953 a la gran pantalla. En el filme ya se puede ver su sello característico que le convertiría en uno de los directores más importantes del siglo XX.
2. EL ESPACIO
Gracias al cine negro, Kubrick creó un sentido propio del espacio y el tiempo y experimentó con diversos movimientos cámara. Dos aspectos muy cuidados en sus 13 largometrajes. Sánchez considera que estos dos ámbitos “son brutales” en la filmografía del director, por lo que también hacen únicos cada uno de sus filmes.
El beso del asesino (1955) ya muestra cómo cada espacio es recreado con precisión. También destaca como recorre los diferentes espacios con la cámara, que lo demuestra la escena en la que los dos protagonistas se pelean en un almacén con maniquíes. De hecho, Kubrick no paraba de innovar en este sentido. Para las secuencias dentro del laberinto en El Resplandor, el director apostó por un nuevo sistema de estabilización de la cámara: la steadicam. Un nuevo invento que más tarde utilizarían otros realizadores.
3. EL TIEMPO
Kubrick no sólo maneja a la perfección el espacio, también consigue un ritmo de la acción perfecta a lo que está contando. Y ya su tercera cinta, Atraco perfecto (1956), lo demuestra. Un uso del tiempo preciso que siempre es en beneficio de sus tramas. Incluso en 2001: una odisea en el espacio creó la elipsis temporal más increíble de la historia del cine.
4. LA PALABRA
El espacio y el tiempo están acompañados de una magnífica trama. Y no es casualidad. Once de sus trece películas están basadas en novelas o cuentos que le impresionaron. El reto más importante para él era pasar la obra literaria al lenguaje cinematográfico. Eso sí, siempre acertó. Además, cuando elaboraba el guion contaba con la ayuda de escritores de prestigio de la época como Nobokov o Jim Thompson.
A la hora de elegir los actores que interpretarían a sus personajes, o simplemente un narrador omnisciente, prestaba especial atención a la voz. Incluso supervisaba los doblajes para que las traducciones y la voz del doblador fuesen lo más leales a sus creaciones. De hecho, durante la visita a la exposición se puede ver una entrevista inédita a Vicente Molina Fox, traductor de cinco de sus películas, o a Mario Camus, director de doblaje de La chaqueta metálica (1989). Uno de los filmes más caracteristicos del director.
5. EL HUMOR
¿Humor en las películas de Kubrick? A primera vista puede parecer irreal, pero es cierto que muchos de sus filmes tienen toques de humor. Unas constantes gotas de diversión mezcladas con pesimismo e ironía que hacen las delicias de los espectadores. Desde el contraste del tema musical con la escena, como en La naranja mecánica, o la exageración en los gestos del rostro de los personajes en varias de sus películas.
Sin embargo, el filme donde más destaca estos toques de humor es en ¿Teléfono rojo? Volamos a Moscú (1964). Kubrick convirtió la novela serie de Peter George, Red alert, en una auténtica sátira política sobre la Guerra Fría. Llena de sarcasmo y acidez ante un posible fin del mundo, esta cinta podría ser un reflejo de nuestra época. Eso sí, salvando las distancias.
6. EL DESEO
El deseo está muy presente en su filmografía desde su primera película, Miedo y deseo. No obstante, su relación con este concepto es muy compleja a lo largo de sus películas. A veces, el vínculo entre hombre y mujer se plasma como un campo de batalla, véase en Barry Lyndon (1975). Otras, la figura femenina es el símbolo de la violencia desatada como la chica alemana en Senderos de gloria. Y al final de su trayectoria encontramos a Alice de Eyes Wide Shut (1999) que provocó el desconcierto ante el poder del deseo femenino.
7. LA GUERRA
Si hay un género que destaca en la obra cinematográfica de Kubrick, no puede ser otro que el bélico. Más concretamente, en muchas de sus películas el tema central está relacionado con la guerra como en Espartaco o Barry Lyndon. De hecho, el juego al que era tan aficionado, el ajedrez, es una batalla constante. Gracias a él, dominaba la estrategia y la táctica. Así era como planificaba sus rodajes y conseguir tener todo bajo control.
Senderos de gloria (1957) es uno de los filmes que mejor refleja cómo la guerra provoca el caos y el desastre en los altos poderes. Tanto es así, que la cinta sentó muy mal en los mandos militares franceses y, por consecuencia, a las autoridades del momento. Por ello, terminó siendo prohibida en varios países como Francia o España.
8. HISTORIA Y PODER: EL SIGLO XVIII
Kubrick era un apasionado de la historia y tenía especial interés en los rangos de poder. Pero si por algo tenía fascinación era por el siglo XVII, conocido como el siglo de las luces aunque también momento en el que se generaron muchos problemas de estado. El director antes de cada proyecto se documentaba a la perfección tanto es así que su biblioteca era inmensa y una gran parte eran libros sobre Napoleón. De hecho, tenía inacabado un proyecto sobre el emperador.
Un filme que tiene estos dos ingredientes que tanto apasionaban a Kubrick es Espartaco (1960), que trata sobre un personaje histórico y cuenta una lucha de poderes. El rodaje le sirvió para terminar de formarse como un gran cineasta, ya que estaba acompañado de personalidades importantes de la época como Kirk Douglas o Dalton Trumbo. Una cinta que todo el mundo ha visto alguna vez en su vida y que se convirtió en un símbolo de la lucha de clases.
Kubrick era tan riguroso con sus rodajes que a finales del verano del 59, cuando terminó de rodar Espartaco, se dio cuenta que le faltaban algunas secuencias como la crucifixión o la batalla final. Unas escenas que marcarían la diferencia del filme y que fueron grabadas en Madrid y alrededores. De hecho, en la exposición podemos ver fotografías del cineasta grabando en la capital española.
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Si eres un gran fan de Kubrick, o quieres saber más sobre uno de los cineastas más importantes, no te puedes perder Stanley Kubrick. The Exhibition. La exposición que descubre el lado más íntimo del genio a través de más de 600 piezas originales y únicas.