El 4 de agosto de 1982, en Fall River (Massachusetts, EE.UU.), el matrimonio formado por Andrew Jackson Borden y Abby Borden fue brutalmente asesinados en su propia casa. Su hija Lizzie Borden y la sirvienta Bridgette Sullivan eran las únicas personas que estaban en el lugar del crímen en ese momento. Aunque no se condenó a nadie por lo ocurrido, se ha considerado siempre a Lizzie como la causante de las muertes, lo que hizo que recibiera el apodo de la asesina del hacha.
Lo que acabas de leer ocurrió de verdad y el crimen se convirtió en uno de los parricidios más famosos y mediáticos de finales del siglo XIX. Una historia así lo tenía todo para convertirse en película. Lizzie, filme basado en este crimen y dirigido por Craig Macneill, llega a Filmin este viernes, 21 de enero. Chloë Sevigny se encargada de interpretar a la protagonista y Kristen Stewart a Bridgette Sullivan.
Los actores de 'Crepúsculo' en la actualidad: acroyoga, el nuevo Batman y hasta un OscarLa historia de Borden se hizo tan famosa en su momento que hasta los habitantes de la localidad en el presente se acuerdan de ella. Es el caso de Macneill. El realizador creció a las afueras de Fall River, por lo que todo le resultó bastante familiar cuando le entregaron el guion del filme. La película recrea lo que pudo pasar antes y durante el asesinato, del que hay varias teorías.
EL CRIMEN
Lizzie Borden nació en 1860 y su madre falleció cuando ella era un bebé. Su padre encontró pronto una segunda esposa llamada Abby, a la que sus hijas, Lizzie y Emma, no llegaron nunca a ver como parte de la familia. Cuando Lizzie descubrió que su padre quiso poner a nombre de su nueva mujer unas propiedades, compró veneno para dárselo en la comida a él y a su madrastra. La sustancia tóxica no provocó ninguna muerte -la familia ya había sido envenenada antes-, tan solo una indigestión.
Días después, mientras el matrimonio se recuperaba todavía de sus problemas estomacales, fueron asesinados. Bridgitte Sullivan fue al salón alertada por los gritos de Lizzie y se encontró a Andrew Borden con ocho hachazos en la cara y el cráneo. En el piso de arriba estaba el cadáver de Abby con 19 golpes de hacha. Lizzie Borden fue detenida el 11 de agosto como principal sospechosa.
Macneill, el director de la película que cuenta lo que pudo ocurirr el fatídico 4 de agosto, acudió a la casa en la que se dieron los hechos. En sus declaraciones, Lizzie y Bridgitte afirmaron que no habían escuchado nada que las hubiese hecho sospechar que se estaba cometiendo un crimen. No obstante, el director del filme hizo una prueba para ver si lo que dijeron podía ser real.
"Estuvimos en esa casa unas horas y comprobamos que cuando haces un ruido en el piso de arriba, este se escucha perfectamente en el de abajo", cuenta el realizador. "Que las dos mujeres, Lizzie y Bridgette, estaban en la casa ese día es un hecho; y que ninguna de ellas escuchara ni viera nada, te hace pensar que las dos estaban confabuladas. Aunque hay muchas teorías sobre lo que sucedió, me cuesta creer que no estuvieran involucradas de alguna manera o que no vieran algo".
En Lizzie, la protagonista se encuentra en un ambiente malsano provocado por la figura de su padre, un hombre represivo en una época en la que las mujeres no podían decidir. Por ello, el filme crea una relación romántica entre Lizzie y Bridgette Sullivan, una conexión íntima que se convierte en el único resquicio de libertad que encuentran ambas.
UN JUICIO SIN CULPABLES
Diez meses después de su detención se celebró el juicio contra Lizzie Borden. La supuesta asesina dio un testimonio inverosímil y se comportó de tal forma que el público vio en ella a una culpable.
Las pruebas que tenía la policía eran varias, pero ninguna concluyente. Por un lado, se encontró en el sótano un hacha limpia con el mango roto. El forense estableció que no era posible que el arma se hubiese limpiado tras los asesinatos porque no hubo tiempo para ello. Por otro, aunque no se encontró ropa manchada de sangre, una vecina afirmó que vio a Lizzie quemar en el fogón de la cocina un vestido azul que, según la acusada, se le había manchado de pintura.
El juicio terminó con Lizzie absuelta por falta de pruebas. Además, su intención previa de matar a su padre y su madrastra con veneno no fue considerada durante el juicio.
En los últimos años de vida de la apodada como asesina del hacha, Lizzie y su hermana Emma se mudaron a otra casa. En 1905, durante una fiesta celebrada en honor a la actriz Nance O'Neil -con la que se rumoreaba que Lizzie Borden tuvo una aventura-, ambas discutieron y Emma abandonó la casa. Lizzie Borden murió en 1927. Su hermana, con la que ya no tenía apenas relación, falleció nueve días después.