Era reportera de guerra, y decidió investigar en primera persona en un frente que nunca hubiera imaginado: el de un batallón de mujeres de la limpieza. Y el escritor y cineasta Emmanuel Carrère cuenta su historia en En un muelle de Normandía, protagonizada por Juliette Binoche y algunas de las mujeres que realmente limpian los ferries, que llega este fin de semana a los cines.
Era el año 2008, en plena crisis económica, y la periodista francesa Florence Aubenas, conocida como reportera de guerra, se enfrentó a una batalla mucho más cercana, y también muy cruenta y desconocida: la de las mujeres de clase trabajadora, limpiadoras explotadas que trabajaban limpiando ferrys en un tiempo récord, y por supuesto, en penosas condiciones laborales. Lo que Aubenas vio y vivió, sin revelarlo nunca a sus compañeras, y mucho menos a sus patronos, acabó convertido en el libro El muelle de Ouistreham, todo un éxito de ventas en Francia tras su publicación.
El director y escritor Emmanuel Carrère, ganador del Premio Princesa de Asturias de las Letras de 2021, adaptó la novela en una película estrenada en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, y posteriormente en la sección Perlak del Festival de San Sebastián, y que ahora llega a los cines españoles.
Patrice Normand
Aubenas (Bruselas, 1961) trabajó la mayor parte de su carrera para el diario Libération, ha escrito para medios como Le Nouvel Observateur y desde 2012 en Le Monde, donde, entre otras cosas, ha sido corresponsal de guerra en Siria. En 2005, en Irak, mientras tabajaba en un reportaje, fue incluso secuestrada varios meses. Tras escribir El muelle de Ouistreham donde relataba su experiencia como limpiadora precaria de ferris recibió los premios Joseph Kessel y Jean Amila-Meckert y fue adaptada al cine por Emmanuel Carrère en 2021.
San Sebastián 2021 Día 5: 'La hija', con Javier Gutiérrez, un brillante drama envenenado de 'thriller'Protagonizada por la siempre impecable Juliette Binoche, que comparte reparto con limpiadoras reales, la película introduce una reflexión sobre la propia figura de la periodista infiltrada en busca de historias y “aventuras”.
De alguna forma, parece insinuar Emmanuel Carrère, que tras una buena intención de denuncia como la que lleva la protagonista cuando se introduce en un mundo que no es el suyo, se acaba convirtiendo en algo insultante para aquellas que no pueden escapar de esa realidad. Porque la precariedad para ellas no es aventura, sino el agujero en el que se encuentran profundamente sepultadas.
La historia de esta periodista burguesa que decide limpiar buques para vivir la precariedad en primera persona, tiene también un poco de niña rica que se asoma a la vida de los pobres en busca de experiencias. Y eso nos ofrece una reflexión potentísima sobre la conciencia de clase.
Gran parte de este mensaje de reflexión sobre los límites morales de la impostura (o el periodismo de denuncia, y por qué no, el cine de denuncia) no estaba en el libro original, sino que ha sido introducido por el director y novelista. Carrère, además, había explorado ya en novelas previas la figura del impostor, como en El Adversario, que cuenta la historia de un hombre que mintió durante años a su familia, haciéndoles creer que llevaba una vida que no era cierta.
También es cosecha de Carrére la historia de hermandad y solidaridad entre las mujeres que se ven sometidas a estos trabajos precarios a poco más de 7 euros la hora, con turnos infernales, y que se ven obligadas a hacer 60 camas en apenas una hora, o limpiar baños que sus compañeros hombres se niegan a limpiar.
En un muelle de Normandía, la segunda película como realizador de Carrère, pone sobre la mesa un asunto que afecta sobre todo a las mujeres. Con un brillante papel protagonista de Juliette Binoche, que fue quién más se empeñó en que esta adaptación saliera adelante, y que trabaja rodeada de actores y actrices no profesionales.
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