Confiesa el director de vestuario de Muerte en el Nilo, Paco Delgado (Arrecife, Lanzarote, 1965), que cuando él empezó a trabajar en cine, no quería dedicarse al vestuario, sino a hacer decorados. "Pero mis vestuarios gustaban y de pronto la gente con la que trabajas te encamina a un mundo que no habías descubierto, y acabó siendo apasionante". Y de así llegó a estar dos veces nominado al Oscar y ahora es el responsable de vestuario de la última súperproducción de Disney: el glamuroso thriller Muerte en el Nilo, que adapta la novela de Agatha Christie de 1937 y ha sido dirigida y protagonizada por Kenneth Branagh.
Y sus trajes son una de las claves del glamour de la película de Kenneth Branagh. Las cifras que maneja el canario que se ha encargado de vestir a Gal Gadot o Emma Mackey son apabullantes: un millón de euros de presupuesto, un equipo de más de 65 personas a su cargo y el reto de coser de forma artesana más de 160 trajes, y para algunos de ellos, como el traje de novia de la protagonista tardó más de un mes en tenerlos listos. "Y aunque parece mucho presupuesto, siempre te quedas corto", explica a SensaCine en una entrevista.
El thriller pasional basado en la novela de Agatha Christie es una historia de traición, celos y desconfianza con el célebre detective Hércules Poirot encarnado por Kenneth Branagh. Esta vez, durante un viaje en crucero por el Nilo, Poirot deberá investigar el misterioso asesinato de una joven heredera sin explicación aparente. Y precisamente las pasiones han sido la clave de los vestuarios de Delgado. El director quería que el vestuario fuera muy pasional: "La ropa muestra esa sensualidad latente, porque en esta historia es como que todo el mundo está en un triángilo o alguna relación amorosa", explica. Y que estuviera ambientada en Egipto ayudaba en este proceso: "Egipto de por sí es sensual, veremos la piel porque es caluroso, el sudor, el viento pega los vestidos a los cuerpos, telas vaporosas...", explica el artista.
Delgado explica que el proceso para vestir a los 14 personajes comenzó, como es habitual en sus procesos, con la lectura del guión "te da las claves, y luego vas pensando si las escenas tienen tensión, y en la psicología de los personajes, si quieren aspirar a otro nivel social, si son malvados, si son fríos o apasionados", señala. Y su tarea va mucho más allá de simplemente pensar trajes, ya que debe conectar con un concepto y una estética y una coherencia con la manera de ser y de interpretar al personaje y lo que la película quiere mostrar:
El director te da las claves de la historia y en el caso de Kenneth quería que fuera un vestuario contemporáneo y que se notara que era un thriller muy pasional. Y luego hablas con los actores, que tienen una idea concreta de cómo interpretar este personaje y es importante escucharla
Así lo explica este director de vestuario que figura en los créditos de más de 20 películas, entre ellas Jungle Cruise, o La Chica Danesa y varios filmes de Almodóvar o Álex de la Iglesia, que fueron los que le abrieron las puertas de Hollywood con su proyección internacional.
Asegura que trabajar con Branagh ha sido muy fácil porque lo tenía muy claro. "Quería que el vestuario no fuera muy afectado, sino más bien contemporáneo. Hasta la Segunda Guerra mundial la moda estaba dominada por los accesorios: sombreros, guantes, bolsos, zapatos… pero quería huir de eso y que fuera más contemporáneo".
Trajes que se oscurecen con la película
Sus trajes van oscurenciéndose con la película, como si la sombra de la muerte fuera oscureciendo también la ropa de los personajes. "En un primer momento les vemos en esas fiestas, con esa frivolidad increíble en la que lo único que les preocupa es el dinero, el estatus, las apariencias.... Y pasamos de esa fiesta a tope, en una boda de alguien a quien nadie quiere y todos la odian, pero lo que narrativamente pedía eran colores muy claros". Y luego cada escena tiene colores muy determinados, aunque por petición expresa dle director no pudo utilizar estampados:
Hay escenas donde todos son todo verdes, o malvas, y hay un leit motiv en cada escena, muy vinculado al color y lo que desperta ese color en un espectador. Y conforme la película se va volviendo más tenebrosa, los trajes también. Aunque luego está el personaje que interpreta Emma Mackey que siempre va a a contra de los demás, y si todos van de ocuro, ella, de blanco", explica Delgado.
Pero para él esta película ha sido como un sueño de glamour en el que se ha inspirado en los looks de las grandes estrellas de Hollywood de los años 30, como Carole Lombard, y ha recurrido a revistas de Vogue París de la época porque tiene la certeza de que en aquella época sus personajes, de haber existído comparian sus ropas en París.. "Teníamos que diseñar mucha variedad de trajes porque la historia ocurre en 5-6 días, y en esta época y esta clase social la apariencia era importate se ponían una ropa para desayunar, otra para visitar las pirámides, otra para la cena... Así que teníamos que pensar y coser 12 cambios de ropa por personaje. Y muchos de ellos tienes que hacerlos dos o tres veces para garantizarte que si se rompe el vestido en un baile acrobático, o se mancha, tienes el repuesto. Y todo realizado de forma manual, como en la época", detalla.
Sus trajes favoritos
Y Delgado confiesa que también tiene sus trajes favoritos. Los que más le apasionaron crear fueron los de la villana de la película. "Hay una rivalidad entre la protagonista y la antagonista y también en su manera de vestir. Siempre pensé, y es algo que le dije a Gal, es que su personaje a pesar de tener el dinero, y el mundo a sus pies es frágil porque en realidad nunca había logrado el amor de sus padres, la gente la odia. Y eso debe mostrarlo el vestuario y por eso sus trajes llevan transparencias, colores que se puede ensuciar, son vaporosos... Mientras que el personaje de Emma Mackey es pura pasión. Siempre lleva colores más rojos, más fuertes, el amor y el odio son los colores más increíbles", explica.
Y quizás su favorito sea precisamente el vestido rojo del baile en Londres que imita los pétalos de los claveles. En el caso de los trajes que luce Gal Gadot se queda con el vestido de la boda, cortado al bies con una gasa de seda muy difícil de trabajar con lo que tardaron un mes en tenerlo listo. "La técnica del bies de los años 30 se inventó para modelar el cuerpo de la mujer y hay que colocar las costuras en los lugares más adecuados y eso es un trabajo de arquitectura que nos costócuatro semanas, dedicas mucho tiempo a hacer pruebas y el vestido no sale a la primera y hay que repetilro", explica. También los vestidos de la cantante de jazz Salomé Ottebourg más excéntrica, y con más encanto, nos permitían propuestas más originales", apunta.
También los trajes masculinos tienen un toque más original. "Estos millonarios tenían un sentido de la moda diferente y podían permitirse colores más estridentes como esta gabardina roja de Bouc. Y Kenneth no quería grises, o azules marinos", recuerda el modisto que contó con la colaboración de un sastre de Savile Row, la calle londinense de los trajes por excelencia.
El creador responde con una reflexión cuando le preguntan por la versión previa de Muerte en el Nilo, de 1978. Delgado explica que no quiso verla. "Cuando te llaman para una versión de un clásico tienes que pensar que se quiere hacer de nuevo por algo y no vale la pena repetir lo que ya se hizo", concluye.
Muerte en el Nilo llega a los cines el viernes 18 de febrero.
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