Jared Leto es el rey de las transformaciones. El actor acumula en su filmografía un buen puñado de personajes en los que resulta casi imposible reconocerle. El cambio más impresionante posiblemente sea el que llevó a cabo para El asesinato de John Lennon, donde dio vida a Mark David Chapman, el hombre que disparó al mítico Beatle. Para darle vida, ganó 30 kilos. Un reto que no fue nada sencillo, pero que consiguió a base de helado derretido, según ha contado en El Hormiguero, donde ha acudido como invitado.
Tardé mucho tiempo. Yo no lo recomendaría. Lo que hacía era coger un bote de helado, lo derretía en el microondas y me lo bebía
No ha sido su único cambio físico. Su carrera está plagada de retos de este estilo, algo que le encanta hacer y que ha perseguido desde sus inicios. El papel que le llevó a la fama fue Requiem por un sueño, cinta dirigida por Darren Aronofsky donde interpretó a un joven adicto a la heroína. El actor debía contar los sueños y ambiciones de un chico enganchado a las drogas y se llevó a sí mismo al límite para retratarlo con toda la verdad que pudiera. Como actor de método que es, convivió con drogadictos para prepararse el papel, lo que supuso una experiencia dura, pero también fue una oportunidad para entender por lo que habían pasado.
Fue una oportunidad para ir hasta el fondo y ver de qué estás hecho. Una inmersión total. Un día con los drogadictos era bastante triste, pero era importante para entender las circunstancias y luego darle algo de verdad a la película
Esta manera de trabajar le ha llevado a ganar un Oscar. Fue en 2014 gracias a su papel en Dallas Buyers Club, de Jean-Marc Vallée y con Matthew McConaughey como protagonista, donde dio vida a una mujer trans drogadicta y VIH positiva. Desde el primer día de rodaje, dejó atrás a Jared para recibir a Rayon. No abandonó su personaje en ningún momento. "El primer día de rodaje, la gente dejó de interactuar conmigo como si fuera Jared y me empezaron a tratar como si fuera mi personaje. Fue una experiencia muy interesante", cuenta a Pablo Motos.
Jared Leto es un amante de los retos y utiliza su profesión para ver de lo que es capaz. "Me gustan las transformaciones físicas, la forma en la que hablas y andas, cómo reacciona la gente cuando habla contigo. Puede ser muy significativa esa transformación física. Yo siempre he creído que cuanto mayor el reto mayor también la recompensa. A mí me gusta meterme hasta el fondo, me gustan esos papeles en los que hay una transformación total", ha señalado en El Hormiguero.
Su última cinta es Morbius, uno de los villanos más conocidos de Spider-Man. Dirigida por Daniel Espinosa, la película cuenta la historia del doctor Michael Morbius, un bioquímico que sufre una extraña enfermedad. Intentando dar con una cura, se inyecta un tratamiento que le transforma en vampiro. Así desarrolla fuerza, velocidad y una imperiosa necesidad de beber sangre. Parece haber superado sus problemas de salud, pero ha quedado convertido en un ser sobrenatural.
Morbius estará disponible en las salas de cine españolas a partir del 1 de abril.
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