Daniel Guzmán regresa a la dirección y lo hace con Canallas, su nuevo trabajo que llega a las salas de cine mañana viernes, 1 de abril. Esta comedia irreverente y atrevida, que debutó hace tan solo unos días en la 25ª edición del Festiva de Cine de Málaga, está protagonizada por Luis Tosar, el propio Guzmán y Joaquín González, quien debuta como actor en el papel protagonista de la cinta.
Tres amigos de toda la vida, estafas, un engaño detrás de otro y una familia. Canallas sigue a Brujo y Luismi, dos amigos que después de muchos años vuelven a reencontrarse con Joaquín, un amigo de la infancia que dice tener una vida que no es real. Una serie de acontecimientos inesperados y situaciones disparatadas, que involucrarán a todo tipo de personajes, harán de la vida de los protagonistas toda una montaña rusa en la que deberán utilizar todas sus artimañas si quieren salir ilesos.
El largomatraje es el segundo trabajo dirigido por Guzmán, quien asegura haber sido un "proyecto durídisimo". Después de muchos años, al fin Guzmán saca a la luz este ambicioso proyecto que para muchos fue un disparate, pero él confío desde el minuto uno en la propuesta que quería llevar a cabo y lo quería mostrar al espectador.
Ya no se hace un cine así tan personal, pero a la vez tan popular y hablando de un estrato social muy concreto , de unos personajes muy concretos. Levantar este proyecto ha sido muy difícil
Guzmán ha contado con Joaquín González, amigo suyo de toda la vida, y de la que la trama de la película bebe en gran medida. "Le dije a Joaquín: 'Si contáramos solo el 10% de todo lo que nos ha pasado en nuestra vida y la gente se ríe tanto como nosotros, esto va a estallar", recuerda Guzmán. La elección de Joaquín fue una de las grandes piedras en el camino a la hora de desarrollar el proyecto, ya que nadie apostaba por él. "A mi nadie me quería, y él tuvo que luchar mucho para que estuviera, por eso hay que gente de cierto nivel en la película, para que yo pudiera estar en ella", desvela Joaquín.
El gran dilema, y lucha, entre director y protagonista fue tratar de encontrar el punto intermedio entre actuar y ser uno mismo. Guzmán trataba muchos momentos y lugares imaginarios en los que planteaba a Joaquín situaciones hipotéticas para que a partir de ahí él pudiera desarrollar qué haría en la vida real, sin embargo, a la hora de grabar, la ficción se imponía en la realidad. "Me he bloqueado muchísimo en el rodaje, pero ahora me veo y digo: 'qué bien estoy', pero ha sido gracias a él, que es quien ha hecho esto", asegura Joaquín, quien reconoce no querer volver a hacer cine pero que no descarta probar suerte con el teatro.
Añadido a la presión de ser su primer trabajo, Joaquín contaba con otros grandes retos: trabajar con su familia, y con actores como Luis Tosar, a quien ya conocía anteriormente y con quien tenía una estrecha relación. Para Tosar, forma parte de este trabajo ha sido una de las mejores experiencias laborales y personales de su vida: "No me he reído más en toda mi vida, de verdad. Ha sido un rodaje dificil para Dani (Guzmán), pero ha hecho una película muy diferente a todo lo que hay ahora en el panorama de la comedia".
Esta película va a la contra del cine de ahora, el cine convencional. He intentado no parodiar y alejarme de formulismos y convencionalismos
Canallas es diferente a todo lo que a comedia se refiere, Guzmán ha apostado de nuevo por un tema muy personal y un trabajo que desde el incio tenía claro que seguiría adelante con él. "Cuando le presenté el proyecto a Luis (Tosar) le dije:'¿No te parece una barbaridad?', y el me dijo: '¿Estás loco? Esto es lo que todo el mundo quiere hacer pero nadie se atreve'", recuerda el director.