Apenas dura 74 minutos, y es una de las películas más tiernas y bonitas que pudimos disfrutar el año pasado. Se trata de Petite maman, de Céline Sciamma, la directora de Retrato de una mujer en llamas. Y frente a la complejidad de su anterior propuesta, este nuevo film es un cuento muy sencillo pero a la vez hermosísimo y abre muchas puertas a la reflexión.La película se estrena en Movistar+ tras su paso por los cines de la mano de Elastica Films y Avalon y lograr el Premio del Público en el Festival de San Sebastián.
Protagonizada por dos hermanas, las niñas Gabrielle Sanz y Josephine Sanz, Petite maman nos cuenta la historia de una niña de 8 años que viaja con sus padres a la casa de su abuela en el campo, una abuela que acaba de fallecer. Mientras sus padres vacían la vivienda, ella explora el bosque, el que fue el universo de su madre de niña, y descubrirá también la cabaña que ella construyó.
Un día, la protagonista despierta y descubre que su madre no está. Después de que su padre le explique que era muy complicado quedarse en esa casa, Nelly se adentra en el bosque. Allí se encuentra con otra niña de su edad con el mismo nombre que el de su madre y con la que inicia una amistad.
El peso de la historia recae en la interpretación de las dos actrices, muy parecidas entre sí -en algún momento el espectador puede pensar que es solo una-. Apenas hay música, salvo un peculiar tema electrónico que acompaña a las niñas a explorar una extraña pirámide en medio de un lago, en una escena fascinante. Y sobre ellas recae un 80% de la película, y la visión de la historia.
Es habitual que Sciamma trabaje con la infancia y la adolescencia como materia prima de sus películas, como su ópera prima con los adolescentes de Naissance des pieuvres, o en Girlhood e incluso Tomboy
Y esas niñas le sirven, como suele ser habitual en la obra de esta fabulosa cineasta francesa, para hablar de mujeres y cómo buscar en los orígenes de nuestra propia identidad para construir nuestro propio universo, y de paso, una reflexión, quizás algo culpable, de la maternidad. Un cuento tierno, y un viaje emocionante hacia la infancia y su universo en el que como dice la protagonista "me parece que todo el mundo se hace demasiadas preguntas".
Petit maman compitió por el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín y formó parte de la sección Perlak en el Festival de San Sebastián. En el certamen donostorria se alzó con el Premio del Público.
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