Dakota Johnson ha hablado por primera vez del "caos" que fue trabajar en las películas de Cincuenta sombras de Grey. La intérprete se unió a la trilogía cinematográfica basada en las novelas eróticas de E.L. James para dar vida a la protagonista, Anastasia Steele, y ha reconocido que se unió al proyecto con una intención que en nada tuvo que ver con el resultado.
"Soy una persona sexual, y cuando estoy interesada en algo quiero saber mucho sobre ello. Por eso hice esas grandes películas de desnudos", comienza en Vanity Fair. "Firmé para hacer una versión muy diferente de la película que terminamos haciendo". Johnson cuenta que para su 'casting' leyó un monólogo de Persona de Ingmar Bergman. "Pensé: 'Vaya, esto va a ser algo especial".
Pero la idea que la intérprete se hizo en la cabeza quedó destruida cuando el proyecto comenzó a desarrollarse. La intérprete afirma que los causantes de ello fueron tanto el estudio, como los directores, como E.L. James, la autora de las novelas.
Como explica:
Ella tenía mucho control creativo, todo el día, cada día, y ella demandaba que ciertas cosas ocurrieran. Había partes de los libros que no funcionaban en la película, como el monólogo interior, que era muy cursi en ciertos momentos [...] Siempre era una batalla. Siempre
Originalmente, Charlie Hunnam se unió al proyecto para dar vida al protagonista Christian Grey y el guionista Patrick Marber (Closer) revisó el libreto. Finalmente, el actor abandonó por conflictos de agenda y, según Johnson, James estaba tan furiosa que desechó el guion. Tras la salida de Hunnam, fue finalmente Jamie Dornan quien se hizo con el papel protagonista.
SIN ARREPENTIMIENTOS
"Era joven. Tenía 23 años. Así que fue aterrador", afirma Johnson sobre el contrato que firmó. "Se convirtió en una locura. Hubo muchos desacuerdos. Nunca he podido hablar sinceramente de esto porque quieres promocionar una película de la manera correcta, y estoy orgullosa de lo que hicimos y todo resultó como se suponía, pero fue complicado".
Sam Taylor-Johnson fue la directora de la primera entrega -las secuelas Cincuenta sombras más oscuras y Cincuenta sombras liberadas contaron con James Foley detrás de las cámaras- y ella junto a la actriz y Dornan intentaron salvar algunos momentos del guion de Marber.
Como explica Johnson:
Hacíamos las tomas de la película que Erika [la escritora de las novelas] quería y después hacíamos las tomas de la película que nosotros queríamos hacer. La noche antes, reescribía escenas con los diálogos viejos para poder añadir alguna frase. Era un caos todo el tiempo
Una de las escenas del guion de Marber que se mantuvo en el montaje final fue la de la negociación del contrato sexual entre Anastasia y Christian. "Es la mejor escena de toda la película", señala Johnson.
Pese a todo esto, la actriz afirma que no se arrepiente. "No. No creo que sea un tema de arrepentimiento. Si lo hubiese sabido... Si hubiese sabido cómo iba a ser, no creo que nadie lo hubiese hecho. Hubiese sido algo en plan: 'Esto es psicótico'. Pero no, no me arrepiento".
Por último, Johnson ha destacado la buena relación que tiene con Dornan: "Nunca hubo un momento en el que no nos lleváramos bien. Sé que es raro, pero es como un hermano para mí. Le quiero mucho mucho mucho".
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