Hace cuarenta años se estrenó un remake de un clásico del terror que, a pesar de no tener una buena recepción en crítica y taquilla, se ha terminado convirtiendo en un clásico por derecho propio. Una obra maestra de uno de los mejores cineastas de todos los tiempos. Una pieza de terror imperecedera. Todo eso es La cosa (El enigma de otro mundo), de John Carpenter.
El maestro del terror había conseguido lanzarse a nivel popular con los éxitos de La noche de Halloween, La niebla y 1997: Rescate en Nueva York. Cuando el gran estudio Universal le abordó para hacer su primera gran película comercial, Carpenter no dudó en hacer un remake de una de sus películas favoritas de uno de sus cineastas preferidos: El enigma de otro mundo, de Howard Hawks.
Carpenter se encargó de llenarlo de su gran personalidad para que no parezca en absoluto un remake. Ya desde el inicio, siguiendo a un misterioso perro que es perseguido por un helicóptero que trata de abatirlo, crea una magnífica inquietud que va a ir creciendo a lo largo del film hasta dar forma a una tensión espeluznante como los diseños de la propia Cosa.
La nueva 'Rebeca' ya está en Netflix y te hablamos de 7 'remakes' soberbios y de 5 que deberías borrar de tu menteEl mencionado perro llega a una estación de la Antártida, donde se encuentra un grupo de investigadores y trabajadores de la estación, como el personaje que interpreta Kurt Russell. Poco saben de la amenaza que les espera, y desde que deciden acoger a este misterioso perro empiezan a producirse extraños y violentos fenómenos.
Lo que hace tan única esta película de monstruo es, irónicamente, que no tiene forma única. Esta fuerza, que se descubre que es alienígena, puede adquirir cualquier aspecto y puede imitar el comportamiento de cualquier organismo vivo. Eso va a crear un misterio enorme en torno a este grupo de personajes, ya que cualquiera puede ser la amenaza.
Estar encerrado con gente que no sabes si puede terminar contigo en cualquier momento crea una tensión fuera de toda escala. Carpenter en entrevistas posteriores aseguró que quiso recrear la sensación que se vivió cuando se desató la epidemia del SIDA, cuando todavía no se sabía nada sobre la enfermedad. Ese temor humano es el que Carpenter consigue recrear en pantalla y la ha mantenido relevante con el paso de los años.
Además de la fuerza de su mensaje y su exploración de la humanidad, la película es todo un triunfo del cine de terror por las increíbles secuencias donde se desata el monstruo. Con efectos especiales increíbles consiguen hacer una criatura retorcida y elástica que sigue horripilando a día de hoy. A pesar de que fue un fracaso comercial, que lastró por completo la carrera de Carpenter, y de la poca apreciación que la crítica tuvo en su momento de ella, La cosa ha terminado prevaleciendo como una película imprescindible.
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