La ola de calor asfixiante que estamos viviendo estos días en España hace que nos sintamos protagonistas de la peor de las películas catastróficas. Después de dos años llenos de acontecimientos que jamás pensaríamos que íbamos a vivir, nos creemos listos para todo, pero eso no evita que sintamos miedo ante la incertidumbre. Este calentamiento global, la escasez de alimentos y de agua y la tendencia hacia los climas extremos dominan las preocupaciones actuales y todo ello ya se contó en una magnífica película de ciencia ficción llamada Cuando el destino nos alcance, de Richard Fleischer.
Conocida en su título original como Soylent Green, la cinta se ambienta en 2022 y, aunque fue estrenada en 1973, lo que cuenta no está tan alejado de la realidad. Por supuesto, tiene la espectacularidad y exageración propia de una producción de Hollywood, pero las bases de lo que cuenta son bastante realistas. Una ciudad sobreexplotada, hambruna acechante, mujeres sin derechos... Hay varios aspectos que siguen la línea de las últimas noticias en los medios, pero por lo que destaca hoy en día es por su representación de la escasez de agua y el clima sofocante.
En Cuando el destino nos alcance, la población se enfrenta a unas temperaturas que nunca bajan de los 32º, fruto del calentamiento global y de la sobrepoblación. En este universo ficticio, Nueva York cuenta con más de 40 millones de habitantes, lo que lleva a más consumo, más urbanización y más emisiones de dióxido de carbono. Es decir, el planeta no puede abastecer a un número tan elevado de personas, lo que lleva a todos los problemas que aparecen en la cinta.
Lo que nos cuenta la película es una realidad en la que los humanos se han despedido de todas las comodidades que tenían hasta el momento. Sin llegar al nivel que muestra la cinta, esto es algo que está viviendo actualmente el mundo occidental -el resto de países viven en un Soylent Green constante-. Con la pandemia y, sobre todo, las consecuencias de la Guerra de Ucrania, el bienestar que siempre ha estado asegurado en nuestros países se pone en duda. ¿Qué pasará con la energía? ¿Podremos abastecernos durante mucho más tiempo? ¿Cuándo se irá esta ola de calor?
¿Por qué ha acertó tanto al plantear el futuro -nuestro presente-? La explicación es sencilla. El argumento de la película está muy en línea con lo que era tendencia en su época. La cinta vio la luz poco después del Watergate y en plena crisis del petróleo, cuando los precios de combustible estaban por las nubes y la inflación perjudicó gravemente a muchos países. Es justo lo que está pasando ahora, de ahí que nos sintamos tan identificados con algo que se creó hace ya 50 años.
¿Vamos a morir todos? Lo que las películas de ciencia ficción nos cuentan sobre el fin del mundoCuando el destino nos alcance, ambientada en 2022, se centra en el detective Robert Thorn (Charlton Heston) mientras investiga el asesinato de un ejecutivo de Soylent, una compañía que produce la única fuente de alimentación a la que puede acceder la mayoría de la población. Solo unos pocos privilegiados pueden disponer de alimentos naturales, el resto tiene que malvivir con agua en garrafas y recordar una época en la que todo era más fácil. En el centro de la trama está la investigación policial, pero lo realmente interesante es cómo imagina un mundo que, según las ideas más pesimistas, no parece tan lejano. Aunque, si ya pensaban así hace cinco décadas y aún no hemos acabado con el planeta, ¿quizás el futuro no pinta tan mal?
Cuando el destino nos alcance (Soylent Green) está disponible para alquilar en Prime Video, Apple TV+ y Google Play.
Si quieres estar al día y recibir los estrenos en tu mail apúntate a nuestra Newsletter