El joven John Connor de Terminator 2, el hermano pequeño del neo-Nazi interpretado por Edward Norton en American History X, su aclamado papel como hijo de Jeff Bridges en Corazón roto... Edward Furlong tenía muchas papeletas para convertirse en el nuevo Leonardo DiCaprio de Hollywood. Fue un actor que conocimos en su juventud y que llamó la atención rápidamente. Parecía que podía construir una carrera a base de talento, mezclando películas comerciales y títulos más independientes, pero las malas decisiones le llevaron a un agujero del que solo ha conseguido salir tres décadas después.
"Es increíble que siga vivo", dijo claramente Furlong durante una entrevista con DailyMail. En julio de 2022, Furlong confesó abiertamente los problemas que había tenido con las drogas y la ley a lo largo de su juventud. En su veintena, el actor conoció muy de cerca el infierno. Era un adicto a la heroína que encadenaba arrestos y no llegaba a ver la luz del túnel. Tuvo que pasar por muchos encontronazos con la policía y muchas complicaciones personales para llegar a la sobriedad que disfruta ahora, ya pasados los 40.
Edward Furlong no es el típico caso de joven actor pasado de rosca al que se le va la mano saliendo de fiesta, sino que su problema ha estado a punto de matarle. Basta esta imagen para ver los efectos que ha tenido en él la adicción. En los últimos meses, Furlong se sometió a un tratamiento dental porque su dentadura se había podrido a causa del consumo de metanfetamina. "Para mí es raro estar hablando de dientes porque no presto atención a mi imagen, pero cada vez que me miraba al espejo me desanimaba, era un recordatorio de lo que había hech durante todos estos años", aseguraba Furlong.
Edward Furlong alcanzó la fama con 15 años al protagonizar Terminator 2: El juicio final. Él mismo reconoce que no había nadie alrededor para cuidar de él. "No sabía cómo manejar mi dinero. Si hubiera sido mayor, no habría tomado tantas malas decisiones", cuenta el intérprete. Comenzó a consumir marihuana, alcohol y setas antes de entrar en drogas más duras. Cada vez que se drogaba, se encontraba acompañado. "Cuando estaba colocado, tenía camaradería con la gente. Beber y salir de fiesta. De repente, sentía que encajaba de algún modo", señaló.
Esa espiral de locura se frenó con la llegada de su primer hijo. Furlong se casó con la actriz Rachael Bella (The Ring) en 2006 y ese mismo año tuvieron un hijo, Ethan. Durante un tiempo después de su nacimiento, consiguió mantenerse apartado de la heroína y la mentanfetamina, pero volvió a sus hábitos destructivos. En 2012, ya divorciado de Bella, saltó el escándalo. Su hijo, de 6 años por aquel entonces, dio positivo en un test de cocaína después de visitar a Furlong. Comenzó una etapa muy oscura en su vida que terminó en 2017, cuando le sentenciaron a 36 meses de libertad condicional que entrarían en vigor si no completaba un periodo de rehabilitación de seis meses.
"Hacia el final, me inyectaba montones y montones de heroína, metanfetamina, fumaba DMT [una droga psicodélica] todo el tiempo. Así estaba todo el día", cuenta Furlong. Su sobriedad llegó, finalmente, tras pasar un año en un centro de California y se ha mantenido hasta nuestros días. "Mi hijo y yo tenemos una relación maravillosa. Me gusta lo simple que es mi vida ahora. Me despierto y no me preocupo por que pueda ir a la cárcel. No tengo resaca ni me pregunto qué hice anoche. Hay tantas cosas asombrosas y razones por las que lo hago. Espero seguir así".
Edward Furlong busca la redención y ya tiene proyectos en el horizonte
Furlong lleva mucho tiempo sin protagonizar una película o serie. Hay que retroceder hasta 2017 para encontrar su último trabajo cinematográfico en The Reunion, una cinta dirigida por Tim French de muy bajo presupuesto. En el terreno televisivo, en 2015 participó en el piloto de Star Trek: Renegades, una producción fan basada en la franquicia de Star Trek. No hace falta decir que hace ya tiempo que Furlong dejó de intentar tener una carrera sólida como actor, pero parece que eso va a cambiar.
Este mismo año ha terminado de grabar una película junto a Brad Keller, un productor especializado en películas de acción de estilo muy americano que trabajó en JFK: Caso abierto (1991). La cinta se titula Charlie's Horse y, desde luego, no se espera que sea un regreso como el de Brendan Fraser con The Whale, pero es una mejora respecto a años anteriores.
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