En la línea de otras cintas del fantástico nórdico como Déjame entrar (2008) o Rare Exports (2010), The Innocents da una vuelta de tuerca al género fantástico al narrarnos la historia de un grupo de niños de una humilde vecindario noruego, que comienzan a desarrollar una serie de increíbles poderes sobrenaturales ante la ignorancia y el descuido de sus padres. Una inclasificable película, en la que el director Eskil Vogt lleva al espectador por la senda del drama social fantástico, usando recursos del terror puro e incluso argumentos del cine de superhéroes más actual.
Una cinta aplaudida en Cannes (podéis ver la crítica de la misma de Alejandro G. Calvo bajo estas líneas) y que tuvo el premio de la Mención Especial del jurado en la pasada edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges. Con tempo lento y una fotografía plasmada de colores fríos; The Innocents va cocinando una sobrecogedora historia infantil con tintes sobrenaturales a fuego lento que estremece, pero también consigue enternecer al espectador a partes iguales. Una cinta que, pese a lo pausado de su ritmo, no pierde el interés en ningún momento y consigue mantener al público pegado a la butaca en todo momento.
PREGUNTA - Eskil, escribiste el guión de la película Thelma que también trataba el tema de las enfermedades mentales desde la óptica del fantástico como en The Innocents. ¿Es una tendencia en tu cine por algún motivo?
ESKIL VOGT - Es una pregunta muy interesante, pero no tengo una buena respuesta para ella… Eso sí, yo cuando busco una idea que me motive para hacer una película, ese pensamiento debe contener algo que me haga replantearme las reglas del cine. Mi primer largometraje fue Blind (2014), que trata sobre una mujer invidente y donde el espectador tenía que contemplar el mundo desde la perspectiva del personaje protagonista. Sin embargo, en The Innocents pretendo introducir al público -desde una mirada adulta- en este mundo tan cercano, pero tan misterioso a la vez que es la infancia. Los niños de la película son un símbolo de la cerrazón de este mundo para los padres que en la historia están en un segundo plano. Mi intención era, en cierto modo, proyectar el hecho de ser un crío en la actualidad y que la gente a través del filme pueda revivir esos momentos de la infancia. Sin embargo, he utilizado diferentes recursos para ir más allá de lo convencional -de lo establecido- y de las reglas cinematográficas.
P - Los personajes infantiles de The Innocents vienen de familias más o menos desestructuradas. ¿Crees que es más fácil contar historias de niños con problemas dentro de este contexto?
E.V. - En la película todos los padres son culpables de abandono y de mala crianza. De hecho es algo que sucede actualmente en la mayoría de familias de mi país (Noruega), aunque en diferentes grados, porque nuestra rutina nos impide estar siempre pendientes de nuestros hijos. La película tiene lugar durante esos momentos de los pequeños en que sus progenitores no están presentes e ignoran. La cinta, sin duda, tiene un contexto social: claramente a los padres les cuesta más educar adecuadamente a sus hijos cuando sus condiciones económicas son más precarias y tienen que trabajar más horas para afrontar los gastos, descuidando su atención sobre los chiquillos. Yo quería en este largometraje tomar partido por esos niños descuidados: creo que son tantas las historias tristes que no se narran y que llegan a sucederles a las criaturas, que era necesario exponer muchas de ellas aquí, aunque se ambiente en un país rico como es Noruega. Los niños que viven en una situación precaria la aceptan como su realidad y eso me parece interesante, el cómo no tener oportunidades lo asimilan sin pensar que hay otra realidad más cerca de lo que ellos piensan. Ellos no piensan que tengan una vida triste, simplemente viven el día a día y ese es su mundo. Este punto es muy diferente a cómo los adultos nos enfrentamos a nuestra realidad social.
Festival de Sitges Día 5: Ronda de cine fantástico nórdico con 'The Innocents' y 'Knocking'P - En la película hay un personaje terrible que es el niño Ben, un pequeño con tendencias psicópatas, que vive una situación dificilísima y con la dualidad de que -en ocasiones- sabe que usar de la forma en la que lo hace esos extraños poderes con los que ha sido 'bendecido', no está bien. ¿Cómo ha sido trabajar con el jovencísimo actor Sam Ashraf quien lo encarna?
E.V. - Realizamos pruebas de casting a niños alrededor de un año y este era el personaje que me pareció más interesante de interpretar y también el más complejo. Sabíamos que teníamos la complicada tarea de encontrar a algún chiquillo que fuese capaz de darnos esa dualidad entre maldad descontrolada e inocencia infantil. Cuando encontramos a Sam Ashraf, nos sorprendimos ya que es el niño más entrañable y tranquilo de todo el elenco. Pero pensamos: "de acuerdo, si es capaz de darnos a nosotros la interpretación de un pequeño sociópata, también será capaz de transmitir al público la humanidad necesaria para el rol". Mi intención no era la de contar una historia sobre un pequeño diabólico; sino del hecho de que hay algo de maldad dentro de todos nosotros, y sobre que -a pesar de que se vuelve muy peligroso con esos nuevos poderes y hay que detenerlo de alguna forma- no deja de ser un crío.
P - La película podría definirse como un drama con carga fantástica, una cinta de terror con tintes sociales, pero también una historia de pequeños superhéroes que se enfrentan a un villano descontrolado. ¿De qué forma trabajaste para nivelar todos estos tonos dentro de The Innocents?
E.V. - Me alegra de que me preguntes por todas esas capas del filme, que puede ser inclasificable dentro de un género pero que es reconocible por todo el público. Cuando mi película se proyectó en Noruega se habló mucho de lo intensa que era, a veces era tal el grado de tensión de la historia que era complicado no quedarse incrustado en la butaca. Sin embargo, creo que la cinta está repleta de emociones positivas: cuando me puse a escribirla no pensaba en contar una historia de terror, sino moverme entre géneros de una manera libre: sabía que este largometraje iba a llevar al espectador a lugares terroríficos, pero también a lugares tiernos de la infancia y a momentos de drama entre la pequeña protagonista y su hermana que padece una discapacidad (y que a su vez tiene poderes especiales). Era importante para mi a la hora de sentarme a escribir, seguir mi instinto para hacerlo interesante para la gente, sin ser cien por cien una cinta de terror, un drama o cine fantástico. Espero haberlo logrado…
P - El filme tiene una imaginería visual muy potente, háblame sobre el trabajo con la fotografía, el montaje y el sonido.
E.V. - A la hora de escribir The Innocents, ya estoy pensando en cómo quiero que sea la fotografía de muchas escenas, y cómo será el trabajo técnico y en la sala de montaje. Piensa que, después del proceso de casting, una de las cosas más importantes del rodaje de una película son las localizaciones que escoges para plasmar tu idea. Hay que definirlos bien para que hagan justicia a la idea que el cineasta tiene en su cabeza.
P - A pesar de que no consideras The Innocents como una cinta de terror, en su tramo final tiene escenas terroríficas, por encima incluso de la media del cine de género actual. ¿En qué te has inspirado para estos momentos de absoluta pesadilla?
E.V. - Que se diga que The Innocents es una película terrorífica yo me lo tomo como un cumplido. A pesar de ello, no me quiero encasillar en un género concreto, quiero mantener mi libertad creativa. Una de las cosas que me encantan del terror es que te da pie para contar una historia muy visual, algo que Hitchcock denominaba "el cine puro". Una escena de un diálogo en una cafetería puede ser interesante, pero no te abre este campo de posibilidades que te da el fantástico. Disfruto con la imaginería visual de las películas y en especial rodando esos tramos que hacen al espectador sentir escalofríos. Tenía que aplicar esta característica a los poderes sobrenaturales de los protagonistas de la historia, y las diferentes interpretaciones que el público puede pensar que son o de dónde provienen. La verdad es que esta película es como un sueño: cuando te despiertas vuelves a la realidad y aquí es lo mismo. Cuando encienden las luces de la sala de cine y te toca salir al exterior te tienes que enfrentar al verdadero terror de la realidad.