Desde el 28 de septiembre está disponible en Netflix Blonde, un 'biopic' de Marilyn Monroe con muchas licencias creativas. La cinta dirigida por Andrew Dominik, que adapta la novela de Joyce Carol Oates, profundiza en los traumas que marcaron al mito de Hollywood y que también han impactado a la actriz encargada de recrearlos para la película de Netflix.
La actriz Ana de Armas tiene la complicada tarea de encarnar a Norma Jean en su camino hasta convertirse en Marilyn y lo hace en un largometraje que se encuentra entre la realidad y la ficción. Lo que Dominik muestra en la cinta es su propia versión de los hechos, la cual es cruda y no apta para personas sensibles. Desde los primeros minutos de la cinta nos damos cuenta de que el director no se anda con sutilezas. Es el caso, por ejemplo, de las violaciones.
¡Cuidado, se avecinan SPOILERS!
Cuando Norma está buscando hacerse un hueco en la industria, es violada por un importante productor. Una escena que llama la atención, pero que se queda en nada comparada con la sobrecogedora escena de sexo oral que aparece más adelante en la historia.
Una de las secuencias que más ha conmocionado a los espectadores es en la que Marilyn visita al presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy. Cuando ella entra en la habitación, lo encuentra desplomado en la cama. Le dice que ha tenido un día difícil y que quiere que lo masturbe. Momentos después, él la está forzando para que le practique sexo oral en contra de su voluntad. Lo que aparece en pantalla es el rostro de Marilyn, víctima de nuevo de un terrible ataque.
"Una de las películas más detestables". 'Blonde' va camino de estar nominada a los Oscar pero el público se está poniendo en contraMuchos espectadores se han quejado de esta escena, la cual encuentran innecesaria. ¿Hay que mostrar de manera tan explícita el abuso sexual? En palabras de Ana de Armas, sí, había que hacerlo. Y así lo justifica en una entrevista con Variety.
Estoy haciendo que la gente sienta lo que ella sintió. Cuando tuvimos que grabar este tipo de escenas, como la de Kennedy, fue difícil para todo el mundo. Pero, al mismo tiempo, sabía que tenía que ir ahí para encontrar la verdad
La carga emocional que supusieron este tipo de escenas para Ana de Armas fue toda una experiencia. Por ejemplo, Dominik le prohibió mostrar rabia. "Él me puso en un estado emocional muy, muy específico. Imagina por un segundo que no puedes expresar tu ira. Lo que eso te hace, ciertamente, no es saludable", confiesa. La transformación que sufría tras pasar por la sala de maquillaje era brutal. Se sentía "profundamente triste. Muy pesada. Me sentía impotente porque no podía cambiar lo que estaba pasando. Solo tenía que seguir adelante en una historia que sabía cómo iba a terminar".
Armas asegura que entró en el proyecto cuando vio el respeto que Dominik sentía por Marilyn Monroe -"No luchas tan fuerte por algo durante 10 años si no crees en ello"- y juntos hablaron, concretamente, de por qué tenían que mostrar las experiencias sexuales de la actriz de una forma tan explícita. Una visión que no comparten muchos espectadores.
Blonde es, para una parte del público, una película misógina. No hay nada en ella que ayude a conocer a la persona que había detrás de Marilyn y se aprovecha de sus desgracias para el puro entretenimiento. "Va a ser complicado que se pueda hacer una película más misógina que esta. Si te gusta ver sufrir a una mujer bellísima durante tres horas, es tu película", escribe, por ejemplo, la periodista Raquel Marcos. "Un asco de película llena de mentiras construida desde una mirada misógina", plantea el usuario Diego del Valle Ríos. Andrew Dominik, el director, ya habló antes de su estreno de las posibles polémcias y es claro: "Tener tacto no me interesa".
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