Hace solo una semana que Blonde está disponible en Netflix, pero la expectación en torno a la cinta de Ana de Armas hace meses que comenzó. ¿Una película sobre Marilyn Monroe que no tiene escrúpulos y con una estrella de Hollywood en ciernes? La gente tenía muchas ganas de verla, pero, tras su estreno en la plataforma de 'streaming', ha dejado de hacer ruido. El fenómeno se ha apagado en apenas unos días. Y no nos sorprende.
El público quiere ver una película de Marilyn pero no Blonde. El director Andrew Dominik hace un experimento que se basa en la novela de ficción -ojo, que no es una biografía- de Joyce Carol Oates y se inventa su propia visión de la actriz. Casi le da miedo profundizar en Norma Jean y prefiere quedarse en la contemplación del mito. Lo hace, además, de una forma casi onírica, como si todo lo que nos muestra de ella fuese cosa de la imaginación.
Dominik presenta una cinta poética, pero la gente busca carnaza. Lo que los espectadores quieren es conocer cómo era ella, qué infancia tuvo, cómo se convirtió en estrella o qué pasó para llegar a tan fatídico destino. Nada de eso aparece realmente en Blonde y, justo por eso, no ha llegado a ser el éxito que parecía que iba a ser. Si andas buscando qué ver en Neflix y pinchas en la imagen de Marilyn Monroe esperando ver una película sobre su vida, seguramente huyas despavorido.
"Me dormí 3 veces"
Blonde no ha aguantado en el número 1 ni una semana. Con 37, 3 millones de horas reproducidas, la cinta aparece en los primeros puestos de lo más visto en Netflix, pero con sus 2 horas y 46 minutos de duración, se esperaba una acumulación de horas mucho mayor. Lo que ha podido ocurrir aquí es que muy poco porcentaje de los que han pinchado para ver la cinta se han quedado hasta el final.
"Estaba esperando con ansias, pero honestamente no le encontré ni pie ni cabeza y me dormí 3 veces", escribe una usuaria de Twitter. Otros bromean con el número de intentos que llevan para terminarla. Esta queja es bastante habitual entre los suscriptores de Netflix y explicaría por qué ha acumulado tan pocas horas de visualizaciones.
Dejamos aparte todas la críticas que ha generado en torno a su representación de Marilyn. Para muchos, Blonde es una película misógina que se recrea en el sufrimiento femenino y en los abusos que sufrió la actriz para el entretenimiento, pero obvia muchas decisiones radicales que tuvo que tomar para plantarse ante los magnates de la industria. Centrarse en las violaciones en lugar de contar, por ejemplo, cómo montó su propia productora para evitar ser explotada una vez más.
Andrew Dominik no es un cineasta para todo el público y con Blonde ha quedado demostrado. Ninguna de sus anteriores películas fueron un éxito comercial -Mátalos suavemente (2012) y El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007)-, a pesar de que cuentan con el favor de la crítica, por lo que era esperable que pasara lo mismo con su siguiente largometraje. Puede que Blonde no haya tenido el éxito que parecía que iba a tener, pero, ¿realmente es sorprendente?
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