Nuevo miércoles, nuevo episodio de The Mandalorian. La temporada 3 de la exitosa serie protagonizada por Pedro Pascal acaba de estrenar su tercer capítulo en la plataforma de 'streaming' Disney+, 'El Converso' (3x03) y nos ha maravillado tanto que nos atrevemos a sentenciar que se trata de uno de los mejores de toda su trayectoria.
Dirigido por Lee Isaac Chung, el director nominado al Oscar de la aplaudida Minari. Historia de mi familia, quien debuta en la franquicia galáctica por primera vez en su trayectoria con el episodio más largo de la temporada y probablemente el más arriesgado, pero también brillante. Un capítulo de 58 minutos de duración que se atreve a dejar a un lado a Mando, Grogu y Bo Katan para contarnos una nueva historia muy lejos de Mandalore y que puede considerarse de "transición" pero que nos regala una historia paralela que como mínimo parecerá especialmente interesante a cualquier gran fan de la franquicia.
En definitiva, un punto de inflexión en la historia que nos saca momentáneamente del "camino" pero que sin duda merece la pena.
¡Ojo! A continuación se revelan cuestiones fundamentales del 3x03 de 'The Mandalorian'
Pero no nos echemos las manos a la cabeza. 'El Converso' (3x03) comienza y termina con la trama de Mando, con quien nos reencontramos exactamente en el mismo punto en el que se despedía el capítulo anterior tras haber sido rescatado por Bo Katan (Katee Shackhoff) de las aguas vivas. "Estoy redimido", sentencia. Una preocupación menos para Mando, que rápidamente vuelve a tener problemas en la única escena de acción y naves de un episodio que está a punto, aunque en ese momento el espectador no lo sepa, a llevarnos a un lugar completamente distinto.
Concretamente a Coruscant, una ecumenópolis considerada el centro imperial durante la época del Imperio Galáctico y que destaca por sus enormes rascacielos, su variada población infinita y su gran desarrollo tecnológico y cosmopolita. Solo ver la ciudad es un auténtico deleite para los sentidos, pero es que, además, la historia que se nos presenta funciona en sí misma como un mediometraje que nos permite conocer las luces y las sombras de los nuevos al mando. Un relato que confieso no me importaría que fuese independiente, pero que sin duda guarda relación con el ataque de guerreros imperiales que destruye el hogar de Bo Katan en Kalevala al comienzo del episodio.
De nuevo interpretado por Omid Abtahi, el episodio gira en torno a la experiencia del Dr. Pershing, uno de los hombres al servicio de Moff Gideon (Giancarlo Esposito) que ahora forma parte bajo la numeración L52 del Programa de Amnistía de la Nueva República para la reintegración de aquellos que trabajaron para el Imperio Galáctico. Convencido de que sus estudios y experimentos sobre la clonación y la ingeniería genética pueden ser de gran ayuda para la Nueva República, L52 accede a la persuasión de una compañera del programa, Elia Kane, interpretada por Katy O'Brian, otra de las trabajadoras al servicio de Moff Gideon en el pasado y que ya conocimos en la temporada 2.
Ambos se asocian para robar un laboratorio móvil de entre los deshechos del Imperio, pero no tardamos en descubrir las verdaderas intenciones de Elia antes de ser llevados directamente de nuevo hasta el refugio de Mando, donde, por fin, obtiene su ansiada redención. Y ya de paso la de Bo Katan.
Un capitulazo a la altura de los mejores de The Mandalorian que precede a la llegada al ecuador de la tercera temporada que disfrutaremos la próxima semana.