Pesadilla en la cocina ha marcado la historia de la televisión española. El espacio de Alberto Chicote conquistó a la audiencia desde su primera temporada. El caso que más espectadores siguieron llegó en su segunda entrega con El Vivaldi como protagonista. Fue uno de los programas más tensos del exitoso formato de Atresmedia, pero también el que batió récord de audiencia: 16,3% de cuota de pantalla, lo que se tradujo en casi 3 millones de espectadores. ¿Pero que fue del restaurante barcelonés?
Era un 19 de junio de 2013 cuando El Vivaldi se convirtió el protagonista absoluto de la noche de la televisión española. Giuliano, el dueño, y el resto de empleados de este restaurante italiano pusieron a prueba la paciencia de Chicote, pero al final el chef consiguió ayudarles a superar sus problemas. Eso sí, el programa estuvo repleto de momentos muy tensos ya que si no pagaban sus deudas serían desahuciados en 10 días.
El 'chef' español analizó los problemas de El Vivaldi no solo centrándose en las dificultades culinarias, también en las posibles disputas personales. Tras pasar varios momentos tensos, y darse cuenta que el hijo del dueño tenía un futuro prometedor en las cocinas, el equipo de Chicote dio un lavado de cara a la carta y al restaurante en general. Con mucha fuerza, ilusión y mostrando a cada minuto su pasión en los fogones, el joven de 17 años logró sacar adelante un servicio desastroso.
Como muchos otros negocios a los que acude Pesadilla en la cocina, El Vivaldi consiguió un gran 'boom' de clientes tras el paso de Chicote y el hijo de Giuliano fue premiado con un curso de cocina en la prestigiosa academia culinaria Hofmann. Además, y un caso curioso, las reseñas de los comensales eran muy buenas. Sin embargo, esto no fue suficiente para que el restaurante barcelonés no cerrase las puertas dos años y medio después.
Al leer las reseñas de El Vivaldi, solo puedes pensar en la razón por la que acabó cerrando. "Es un buen italiano para comer pizza, fui con mi pareja y las pizzas era de las mejores, además tienen un menú bueno por 10 euros", "las pizzas son completamente artesanales, la pasta es muy buena" o "el sitio está algo escondido pero eso para mi aún lo hace más acogedor" son algunos de las valoraciones que se podían leer.
A pesar de estas buenas reseñas y la ayuda de Chicote, El Vivaldi acabó cerrando sus puertas después de dos años y medio tras su paso por Pesadilla en la cocina. ¿La razón? Se desconoce, pero todo indica que problemas económicos. Eso sí, la gente sigue preguntando si está abierto ya que todos quieren probar sus pizzas.
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