Cuando Netflix dio luz verde a Maldita, una adaptación de la novela gráfica homónima de Frank Miller y Tom Wheeler que entonces aún no estaba publicada, el prometedor proyecto caló rápidamente entre el público como una de las series que debían tener en el radar. En aquel momento era 2018 y Juego de Tronos estaba en pleno auge con la emisión de las que estaban siendo sus mejores temporadas hasta la fecha y la fantasía, así que rápidamente comenzaron a establecerse los paralelismos, con un montón de titulares anunciando el proyecto como "la Juego de Tronos de Netflix".
Sin duda Netflix encargó su particular proyecto de fantasía en el momento más adecuado para llamar la atención del público, pero es que además, la entonces conocida como Cursed porque aún no tenía título en español, tenía varios ingredientes para ser considerado como uno de los proyectos más prometedores de la plataforma: por un lado se trataba de "una reimaginación de la leyenda del Rey Arturo", tal y como prometía la primera descripción oficial, pero además estaba protagonizada por Katherine Langford, quien acababa de triunfar con su papel de Hannah Baker en la entonces también megaexitosa Por 13 razones. Además con el famoso guionista de cómics Frank Miller (Sin City) a bordo del proyecto, la serie sumaba otro factor emocionante para llevar el 'hype' a otro nivel.
En aquel momento Netflix ya estaba en plena explosión, pero todavía no había estrenado The Witcher como su máxima expresión dentro del género y el primer vistazo de Katherine Langford, espada en mano y en un escenario espectacular, que la plataforma de 'streaming' mostró para anunciar que había dado luz verde a Maldita rápidamente hizo que el proyecto se colase entre lo más esperado durante años.
La historia, según prometía Netflix, sería contada "a través de la mirada de Nimue, una heroína adolescente con un misterioso don que está destinada a convertirse en la poderosa (y trágica) Dama del Lago. Tras la muerte de su madre, encuentra un compañero inesperado en Arthur, un joven mercenario que trata de encontrar a Merlin y entregar una antigua espada".
Sin embargo, cuando Maldita se estrenó dos años después, en plena pandemia en julio de 2020, lo hizo en un escenario muy diferente en el que se había encargado. Tenía a su favor que en aquella época vimos series como locos, pero entonces ya se había emitido el final de Juego de Tronos que tantos tacharon como decepcionante y la baza mediática "la Juego de Tronos de Netflix" ya no tenía el mismo tirón, así que simplemente dejó de usarse.
Maldita no fue objeto de críticas demoledoras, nada de eso, pero sí absolutamente tibias. Muy lejos de la superproduccuón de fantasía que muchos habían creído que Netflix tenía entre manos. Curiosamente, la crítica especializada la recibió mejor que el público, con un 65% de críticas positivas frente a un 52% en Rotten Tomatoes, pero la cosa estaba muy dividida y no hubo consenso. Entre las principales quejas se señaló la falta de interés de la historia y su lenta construcción, así como un final que no resultaba satisfactorio para el viaje. Tampoco fue especialmente bien recibido el personaje de Langford, que lejos de ser una carismática heroína, no terminó de meterse a los espectadores en el bolsillo durante su aventura.
Todo sobre esta serie se ve mediocre, mal desarrollado y un Juego de Tronos barato", escribían en ComicBook. "Las actuaciones están bien en su mayor parte, pero el diálogo lamentable que se ven obligados a decir hace que todos parezcan un poco forzados".
Hubo gente a la que le gustó sí, pero la realidad es que Netflix decidió darle carpetazo tras todo un año de silencio. La cancelación era un secreto a voces, pero cuando creíamos que se había olvidado de ella, un año después de su estreno la compañía anunció en firme la cancelación. Por su parte, el 'showrunner' había anunciado previamente que planeaba varias temporadas para su serie, por lo que Maldita puede considerarse como una serie inacabada.
