Aquí no hay quien viva es una de las series más huella ha dejado en la cultura popular española. Sus índices de audiencia, que promedió más del 30% de cuota de pantalla en todas sus temporadas, es un indicativo de ello, pero también que siga siendo un éxito en las plataformas de ‘streaming’ también lo verifican.
Los peculiares vecinos de Desengaño 21 han conquistado a todas las generaciones gracias a sus inolvidables historias. Son muchas las escenas que han quedado para la historia de las series de la televisión y, una de ellas, nos enteramos hace unas semanas que es improvisada. Y eso que es una de las más recordadas por la audiencia.
En el episodio 13 de la segunda temporada de Aquí no hay quien viva, titulado Érase una boda, la trama gira en torno a la ceremonia de Emilio (Fernando Tejero) con Rocío (Vicenta Ndongo). En dicho episodio, el penúltimo de la entrega, también tiene lugar la inolvidable escena de Paloma (Loles León) cayendo por la ventana tras una discusión con "la hierbas" (Isabel Ordaz).
Pero esa no es la secuencia que nos ocupa en este artículo, así que volvamos a la boda de Emilio con la cartera. A pesar de que comenzó más tarde, todo transcurría con normalidad hasta que Rocío se dio cuenta que Belen (Melena Arterio) estaba declarandose al que sería su futuro marido. Un suceso que terminó con la cancelación de la ceremonia. En ese momento, surgió una de las mejores y más recordadas secuencias de Aquí no hay quien viva.
'Aquí no hay quien viva' estuvo a punto de ser cancelada, pero todo cambió "cuando podía llegar la guillotina"El padre Miguel (Manuel Millán) comienza a cantar 'Vamos, vamos, que nos casamos' mientras la boda está siendo un total fracaso. "Fue totalmente improvisado", afirmó el actor en el podcast Casi Lista, Casi Guapa. "El guion de la secuencia me daba instrucciones mínimas, por lo que tuve que usar mi imaginación para continuar con la escena", explicó el intérprete. De hecho, la ya mítica frase se le ocurrió a él: "Lo de ‘Vamos, vamos, que nos casamos’ se me ocurrió. Tanto Alberto como Laura Caballero nos dejaban... no improvisar, pero bueno, de vez en cuando sí lanzarnos".
Millán cuenta que vio "que en esa secuencia dice 'El padre Miguel canta: vamos, vamos, que nos casamos', pero solo 'El padre Miguel canta'". "No te pone ni cómo sigue el 'Vamos, vamos', ni qué música y tal. Entonces, como vi que la secuencia seguía grabando, y Laura no cortaba y tal, pues yo me lo inventé y salí del paso improvisando", sentenció.