La historia tras la estatua
La estatua del perro pertenecía en realidad a Jennifer Aniston. La historia es que un amigo de la actriz se la regaló como símbolo de buena suerte en su carrera y ella lo prestó al equipo de la serie para un capítulo en que Joey se vuelve rico y compra un montón de cosas. Tras ese episodio, el equipo de la comedia decidió mantenerla en el set.