Juego de Tronos
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Sí, otra serie de la que te esperas cualquier cosa. Hemos presenciado ya tantos giros que no nos sorprende ni que uno de los dragones de Daenerys se una a los Caminantes Blancos. Sin embargo, hubo una época en la que cada golpe en Juego de Tronos nos dolía en el alma. La primera muerte que nos dejó locos fue la de Ned Stark, allá por 2011, con la ingenuidad a flor de piel –siempre que no fueses seguidor de las novelas, claro- y mucho camino por recorrer en el tortuoso territorio de los Siete Reinos.
Breaking Bad
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Una de las características que más nos gustan de Breaking Bad es su capacidad de dar sorpresas que nos dejan con la boca abierta y que, a la vez, todo mantenga su coherencia. Quizá uno de los giros más destacados fue aquel final de su cuarta temporada, cuando, después de acabar con Gus –en una de las escenas más espectaculares de la serie-,Walt tranquiliza a Skyler con una sola palabra: “Gané”. Sin duda, un punto de inflexión en la personalidad del protagonista y un nuevo camino en la trama, que había estado centrada durante un buen trecho en el cartel de los Pollos Hermanos.