Está bien ver una serie sin saber muy bien qué camino van a seguir los personajes, pero eso se limita a las primeras temporadas. A estas alturas, los protagonistas deberían tener más claro qué plan deben seguir. Es decir, deberían tener un objetivo fijo y hacer todo lo posible para llegar a él.
De este modo, el grupo de guionistas se aseguraría un final épico. Imagina que son como Moisés y los hebreos buscando la Tierra Prometida durante 40 años -en este caso, ocho temporadas-, la llegada a su destino es toda una celebración.
En The Walking Dead, deberían tener un final más definido, teniendo en cuenta que se acerca el adiós definitivo (o debería). Y, de nuevo, sabemos que depende de la historia de los cómics, pero el lenguaje televisivo es diferente.