Las escalofriantes aventuras de Sabrina es uno de los estrenos más esperados del año. Una serie que con una primera temporada compuesta de 10 episodios y una segunda ya en marcha, se ha convertido en un imprescindible para todos aquellos huérfanos de ficciones mágicas como Sabrina, cosas de brujas, Buffy Cazavampiros o Embrujadas.
Muchos esperaban encontrar similitudes entre esta serie y la de Melissa Joan Hart, pero lejos de eso y debido a que adapta los cómics mucho más fielmente, en SensaCine hemos hallado 10 diferencias:
1. Kiernan Shipka sorprende como la joven Sabrina Spellman, una adolescente medio humana y medio bruja que debe decidir a qué mundo pertenecer, una decisión que a sus 16 años es muy complicada. Su personalidad es muy distinta a la de su predecesora, una mucho más seria, concentrada en sus estudios y sus amigos y con un entendimiento de los peligros de la magia -vale para más cosas que cambiarse de ropa rápidamente-.
2. El tono de la serie acompaña al de la protagonista. Esta ficción de Netflix se aleja del humor de la serie original para abordar una historia oscura llena de crímenes, invocaciones al Señor Oscuro y sustos. Los nuevos personajes y la atmósfera general hacen que esta sea una serie oscura para disfrutar tranquilamente, y no un divertimento para el mediodía.
3. Salem no habla. Sí, muchos fans se han quejado de esto en los primeros compases de la serie al comprobar con estupor que este gato negro no habla. Cierto es que se comunica con su compañera y amiga sin problemas, pero no emite sonido alguno más allá de los maullidos. Eso sí, la sigue y protege allá donde quiera que vaya. Un fiel aliado.
4. Las tías de Sabrina no son como las recordamos. Zelda mantiene la personalidad de ser la más serie de las dos hermanas mientras que Hilda es la alocada divertida, pero la actitud de Miranda Otto y Lucy Davis es en general más seria y es que han tenido que criar solas a Sabrina tras el fallecimiento de sus padres, además dirigen una funeraria. No es el mejor ambiente para el humor.
5. A las Spellman se les une el primo Ambrose como alivio cómico. La ausencia del parlanchín Salem, alguien maldecido a ser un gato para siempre tras intentar controlar el mundo, es suplica por Ambrose, un joven en arresto domiciliario tras intentar destruir el Vaticano. Este se convertirá también en el principal aliado de su prima en el domicilio familiar.