Las veteranas actrices Felicity Huffman y Lori Loughlin, protagonistas de Mujeres Desesperadas y Padres Forzosos respectivamente, han sido imputadas y detenidas por su presunta implicación en un caso de fraude de admisión universitaria en el que también están involucradas varias decenas de gente influyente, entrenadores deportivos y cargos directivos de las universidades implicadas en el escándalo. Huffman, Loughlin se encuentran entre el grupo de aproximadamente 50 personas acusadas de pagar sobornos millonarios que garantizasen el acceso de sus hijos a universidades de élite, como Stanford, Yale, Georgetown, UCLA y otras.
Según el comunicado del la Fiscalía de Massachusetts, hay varias docenas de personas involucradas en una "conspiración a nivel nacional mediante la cual se facilitaba hacer trampas en los exámenes de acceso universitario y posterior admisión de estudiantes en universidades de élite como presuntos atletas" que han sido detenidas este martes por agentes federales en distintos estados del país.
Tal como ha confirmado un portavoz de la Fiscalía a Entertainment Weekly, la encargada de interpretar a Lynette en Mujeres Desesperadas Felicty Huffman ha sido arrestada el Juez de la Corte de Los Ángeles ha fijado su fianza, según Associated Press, en 250.000 dólares. Loughlin, por su parte, no se encontraba en Los Ángeles en la mañana de las detenciones, pero ha sido localizada por el FBI y ha accedido a entregarse.
Según la acusación, Huffman habría pagado 15.000 dólares "para participar en las trampas organizadas en el exámen de acceso a la universidad en nombre de su hija mayor", mientras que, en el caso de la actriz de Padres Forzosos y su marido, el diseñador Mossimo Giannulli, habrían pagado 500.000 dólares para decir que sus hijas eran parte del equipo de remo, un hecho que no era verdad, garantizando así su acceso.
El escándalo ha sido destapado tras una investigación llevada a cabo por el FBI bajo el nombre Operation Varsity Blues, según reporta NBCNews, y la estafa ascendería a nada más y nada menos que 25 millones de dólares. Asimismo, William Rick Singer, CEO de una empresa de preparación universitaria llamada The Key, ha sido señalado como el cerebro de la red de sobornos. Singer se ha declarado culpable de las acusaciones y ha admitido ser el responsable de "todas esas cosas y muchas más". "Creé una puerta lateral que garantizase a las familias entrar".