"Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera". "Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa". "Llamadme Ismael". Empezar a lo grande no es nada sencillo. Pero Castle, la serie procedimental de ABC protagonizada por Nathan Fillion y Stana Katic, comenzó su andadura con un piloto casi perfecto, 'Flowers for Your Grave' (1x01). Este sentaba las bases de un divertido tira y afloja entre Richard Castle y Kate Beckett, que duraría ocho temporadas y más de 170 capítulos en la cadena estadounidense ABC.
Sin contar los de esa última y dolorosa octava temporada -entenderás de lo que te hablo si eras o eres 'castleadicto'-, he visto los episodios de Castle muchísimas veces -también te avisaré de que prefiero los más ligeros a las dobles entregas más 'serias' donde prima el 'thriller', salvo excepciones como 'Target' (5x15) y 'Hunt' (5x16). De hecho, probablemente quedaría mal confesar cuántas. Y me las he visto y deseado para, primero, decidirme por 'Flowers for Your Grave' y, segundo, explicarte el porqué de esta elección. Porque, en verdad, también se me han pasado otros por la cabeza -para que sepas que entiendo de lo que hablo: 'Punked' (3x04), sobre la cultura 'steampunk'; 'Close Encounters of the Murderous Kind' (3x09), el de la supuesta abducción alienígena; 'Poof! You're Dead' (3x12), ese en el que Beckett (Stana Katic) sorprende en el ascensor a Castle (Nathan Fillion) con unas flores; 'Slice of Death' (3x20), el famoso de las pizzas; 'Cops & Robbers' (4x07), el del robo en un banco con Rick y Martha (Susan Sullivan) como rehenes; 'Cuffed' (4x10), el de las esposas y el tigre, y 'The Blue Butterfly' (4x14), el homenaje al 'film noir'... Y podríamos seguir y seguir con otros como 'Always' (4x23), 'After the Storm' (5x01), 'Murder, He Wrote' (5x04), 'The Final Frontier' (5x06), 'The Lives of Others' (5x19) -el número 100, que he estado a punto de escoger-, 'Still' (5x22), 'Time Will Tell' (6x05), 'The Good, The Bad & The Baby' (6x10), 'That 70's Show' (6x20), 'The Time of Our Lives' (7x06) y un largo etcétera.
Pero vayamos al grano y recordemos juntos cómo empezaba ese primer capítulo, emitido el 9 de marzo de 2009 en EE.UU. Porque lo primero que veíamos era un cuello y una gota de sangre que se deslizaba lentamente por él en un plano ligeramente desenfocado. Después, unos pétalos de rosa y los guantes del asesino. Y, para terminar, el rostro de la víctima decorado con unos vistosos girasoles. Todo mientras Gina (Monet Mazur), la segunda exmujer de Richard, dice lo siguiente: "Asesinato. Misterio. Lo macabro. ¿Qué tienen el clásico detective duro, la clásica mujer fatal y el clásico acero frío de una pistola que nos mantienen despiertos hasta altas horas de la madrugada?". Vemos a Castle por primera vez a los 58 segundos -sí, lo he comprobado-, aunque de espaldas y con gafas de sol. Pero el piloto de Rob Bowman (Star Trek: La nueva generación, Expediente X) nos da además una importante pista sobre el novelista: aparece firmando un autógrafo en el escote de una de sus fans durante la presentación de La gran tormenta, punto final de su saga sobre Derrick Storm, a quien mata de una bala en la cabeza porque ya no disfrutaba escribiéndolo.
En el minuto 1.35, Beckett (Katic) demuestra su dedicación al oficio cuando visita el lugar del crimen que veíamos al principio con el cuerpo de una mujer cubierto de flores y unos girasoles en los ojos. Y, otra vez, el guion de Andrew W. Marlowe (Air Force One) acierta de lleno. "¿Quién dice que el romanticismo ha muerto?", pregunta su amiga, la forense Lanie Parish (Tamala Jones). "Yo, cada sábado por la noche", responde Kate. Pero el libreto también deja caer cómo funciona su cabeza y hasta qué punto se toma en serio su trabajo. "Los [casos] raros son más elaborados y revelan más del asesino", contesta a Javier Esposito (Jon Huertas) -y eso que 'Flowers for Your Grave' no sobresale por la calidad de su caso.
Se trata de un primer episodio y es imposible que todos los personajes queden redondos. Recibimos pequeñas pinceladas de Martha (Sullivan) y de Alexis (Molly C. Quinn), la hija de Castle. La primera vive con él, cuenta sus chismes y sigue abierta al amor; la segunda se dedica a estudiar en las fiestas -como Rory Gilmore- y es todo lo contrario a su padre: responsable, madura... "La vida debería ser una aventura", le recuerda Rick. "¿Sabes por qué he matado a Derrick? Ya no había sorpresas. Sabía lo que iba a pasar exactamente en cada momento [...] Por una vez me gustaría que alguien me contara algo nuevo". Y es ahí, a los seis minutos, cuando el protagonista escucha un: "¿Señor Castle? Detective Kate Beckett. NYPD. Tenemos que hacerle unas preguntas sobre un asesinato que ha ocurrido esta noche". Antes de su presentación, claro está, Richard le había dicho: "¿Dónde le gustaría?". Alexis atrapa el rotulador que tenía su progenitor en la mano y suelta un: "Eso es nuevo" -¿La serie también? Sale el logo y se escucha esa tonadilla de escasas notas que todavía hoy me trae buenos recuerdos.
Alteración del orden público, resistencia a la autoridad, robo de un caballo policial... sin ropa encima... Marlowe vuelve a dibujar en nuestra mente la imagen de un 'playboy', casi un arquetipo, cuando escritor y detective se sientan uno frente al otro en la sala de interrogatorios. Cómo se habrá librado, piensa uno. "Al alcalde le gustan mis libros [...] Pero si le hace sentirse mejor, dejaré que me dé unos azotes". Pero Beckett, casi su contrario, no se amilana y replica: "Yo me gano la vida trabajando. En mi mundo eso le convierte en dos cosas: el tipo que me facilita la vida o el que me la hace difícil". Al parecer, Castle tiene un admirador psicótico, un 'copycat' que ha emulado un escenario de Flores para su tumba -y después de La furia infernal y de La reina del baile. Poco después, Richard vuelve a visitar la comisaría y Esposito resume en tres palabras las cuatro primeras temporadas de la ficción. "¿Qué hace él aquí?", se le escapa a la policía. "Quizá le gustes", intenta adivinar su compañero.
En la siguiente escena, en la que Castle y Beckett repasan juntos las cartas de sus admiradores, la serie presenta mejor a sus personajes que otros éxitos del género con 'Will They or Won't They?' como Bones (2005 - 2017) y El Mentalista (2008 - 2015) -a las que también estuve enganchado. "A veces no hay una historia", le reconoce ella. "A veces el asesino no es más que un psicópata". Pero Richard no lo comparte. "Siempre hay una historia", afirma. Y a partir de esa frase, y con su razonamiento deductivo, llega a la conclusión de que algo pasó con alguien cercano a Beckett -en episodios posteriores descubrimos que se trata de su madre, Johanna. No cogieron al responsable y por eso ella se hizo policía. "Impresionante", declara una sorprendida Kate. "Pero no se crea que me conoce".
Repito que 'Flowers for Your Grave' no destaca precisamente por la complejidad de su trama policial, tejida sólo para que los protagonistas se conozcan y comience ese juego a lo Luz de luna. La investigación apunta claramente a un sospechoso, Rick habla con sus colegas de póquer James Patterson y Stephen J. Cannell y hasta se lleva un archivo de la comisaría engañando antes a su futuro gran amor -aquí asistimos al primer contacto físico entre ambos: un beso en la mejilla. Como es lógico, ella se da cuenta casi al instante y detiene a Castle por robo y obstrucción a la justicia. Pero para él todo es un juego. Hasta las esposas. "Bondage'. Mi contraseña de seguridad es "manzanas". Cuando su madre y su hija pagan la fianza, Martha intenta justificar el comportamiento de su retoño: "Nunca tuvo una figura paterna". Vuelve a pasar lo mismo que con el pasado de Beckett: la semilla ya está plantada.
Aunque tanto su pelo como la comisaría no serán los mismos a posteriori, a todos los seguidores de Castle se nos ponen los pelillos de punta cuando vemos a Kate delante de su pizarra. No hay forma de explicarlo. Es un ritual que se repite en casi todos los capítulos y que dice mucho de ella. Más adelante, cuando uno y otro vuelven a coincidir para entrevistar al padre de una de las víctimas, se produce el segundo contacto físico del piloto: ella le coge de la nariz y él, acuérdate de lo de antes, grita "manzanas". Hay un tercer contacto físico, cuando Richard se juega la vida y golpea al verdadero asesino, que lo tiene a punta de pistola. Aunque no hay que emocionarse porque es un simple empujón de ella a él. "Bueno, supongo que este es el fin", se despide la detective. "No tiene por qué serlo", contesta el novelista. "Podríamos ir a cenar y hablar de lo ocurrido". "¿Para qué, para poder ser otra de tus conquistas?", sigue ella. "O yo una de las tuyas", tontea él. ¡Pero es demasiado pronto! ¡Tendremos que esperar otros 80 episodios! "Ha sido un placer, Castle". "Qué pena. Habría sido genial". La atracción es evidente. Beckett se muerde el labio y, susurrándole al oído, demuestra que puede ir más lejos que él al decir: "No te lo puedes imaginar".
Fallos de continuidad aparte y perdonando la escasa participación de Kevin Ryan (Seamus Dever) -su personaje se añadió cuando el piloto quedaba demasiado corto-, Castle se las apaña para dejarnos buen sabor de boca cuando el capitán Roy Montgomery (Ruben Santiago-Hudson) le comunica a su mejor policía que Rick será su sombra y que se inspirará en ella para su nueva heroína de ficción -Nikki Heat. Efectivamente, le damos la razón a Kate cuando lo describe como "un niño de nueve años colocado de azúcar incapaz de tomarse nada en serio". Estos 40 primeros minutos acaban justo con la sonrisa de ese 'niño' y nosotros estuvimos sonriendo ocho temporadas. Si no la has visto nunca, te la recomiendo.