El caso Alcàsser, la nueva serie documental de Netflix sobre el triple asesinato sucedido hace 27 años en el municipio valenciano, ya está disponible en la plataforma. A través de los cinco episodios que la conforman, sus creadores Ramón Campos y Elías León Siminiani, que ya estuvieron al frente del 'true crime' El caso Asunta (Operación Nenúfar), ofrecen un análisis actualizado sobre cómo se llevó el suceso y, sobre todo, de cómo fue retransmitido por los medios.
El viernes 13 de noviembre de 1992, en la localidad de Alcàsser, desaparecieron tres adolescentes mientras hacían autostop para ir a una discoteca del municipio vecino de Picassent. Miriam, Toñi y Desirée fueron encontradas muertas, setenta y cinco días después, tras haber sido secuestradas, violadas y torturadas. La atrocidad de este suceso conmocionó a toda España dejando unas heridas muy difíciles de cerrar. Pero, en paralelo a ello, una serie de eventos hizo que todo se volviera mucho más doloroso de lo que de por sí era: negligencias en el proceso de la investigación, muchos cabos sueltos, teorías que relacionan a las altas esferas del país y un circo mediático en el que los canales televisivos bombardeaban con sensacionalismo y morbo aquella historia con tal de ganar la batalla por la audiencia.
La serie documental toca estos palos, centrándose especialmente en ese espectáculo que crearon las cadenas en una época que marcó el nacimiento de la "telebasura" en nuestro país. Pero, ¿por qué podríamos decir que El caso Alcàsser va mucho más allá que sus programas predecesores? Tanto Campos como Siminiani han explicado, durante un coloquio organizado con motivo de la presentación del título, todos los detalles que han rodeado a su investigación, así como su intencionalidad y visión. Pero, primero, Siminiani sugiere que deberíamos enmarcar aquello que aborda cada uno de los cinco episodios. En sus propias palabras:
Episodio 1: "La desaparición, los setenta y cinco días de búsqueda y el hallazgo".
Episodio 2: "La instrucción, la investigación del caso que tuvo lugar durante cuatro años".
Episodio 3: "El surgimiento de teorías alternativas al relato que propone la instrucción".
Episodio 4: "Probablemente, la parte más exclusiva que puede ofrecer la serie. Hace una crónica bastante exhaustiva del juicio y cómo este, de alguna manera, supuso cinco años después de la desaparición de las niñas (es decir, del año 92 al 97) un replanteamiento de la percepción pública del caso, y cómo el hecho de que ese juicio no fuese emitido de alguna manera ha hecho pervivir un imaginario colectivo".
Episodio 5: "Llegada hasta la actualidad estudiando la herencia que ha dejado el caso en la sociedad y de alguna manera cómo Alcàsser supuso la semilla de una serie de prácticas y usos sociales que hoy en día se mantienen en la actualidad".
Campos y Siminiani han tardado en grabar esta producción un año y medio. Pero, antes de embarcarse en este proyecto, ambos tenían muy claro que tenían que diferenciarse y separarse de lo que habían sido los programas anteriores que habían tratado de sacar provecho del sufrimiento de los vecinos de la localidad: "Solo podíamos hacer El caso Alcàsser, la serie documental, contactando con las familias o con sus representantes legales. Eso para nosotros era clave. No queríamos ser unos más que llegaban a Alcàsser, sin hablar con las familias, a colocar un micrófono y a hacerles un atraco a mano armada".
Para ello, había cuatro puntos fundamentales a seguir. Dos claves que se propusieron a las familias: no hay recreaciones ni dramatizaciones, es decir, no verás a actores que representen a las niñas; y no se va a mostrar imágenes de los cuerpos, porque lo consideran innecesario y algo que solo incide en el dolor. Tampoco hay voz en off, explica Siminiani, un pacto creativo que mantienen desde Asunta pero que crea muchas dificultades, porque para conducir la historia solo se depende de los testimonios, los cuales pueden ser imposibles de conseguir. Además, no veremos a expertos en esta serie, sino que solo se cuenta con la visión de testigos directos de lo que sucedió. Eso último, comentan, se debe a que la intención es realizar una crónica en la que el espectador vaya descubriendo minuto a minuto lo que va pasando, mientras que la opinión del experto siempre va a ser desde un punto de vista posterior, por lo que esta fórmula no encajaba con su propuesta.
Ambos nos cuentan que el pueblo de Alcàsser todavía tiene una herida abierta, y eso es algo que el equipo descubrió nada más llegar. Sus habitantes estaban acostumbrados a que los medios llegaran y se fueran en cuestión de muy poco tiempo y, por eso, los creadores de la serie de Netflix buscaban manifestar su compromiso, así como profundizar en el tema antes de comenzar a grabar. Además, ponen de manifiesto el proceso de aprendizaje que vivieron allí gracias a los vecinos, ilustrándolo con un ejemplo en el que les hicieron comprender que no podían hablar de 'El crimen de Alcàsser', sino de 'El caso Alcàsser' o 'Las chicas de Alcàsser', porque no se cometió en ese pueblo, pero las niñas sí que eran de allí. No obstante, también se encontraron un gran reto, y es que había posturas muy enfrentadas en cuanto a la idea de llevar a cabo la serie: mientras que unos pensaban "ni de coña otra cámara aquí", otros opinaban que "ya está bien de este estigma, si se va a contar esto y se va a contar en profundidad, vamos a ocupar este espacio para contarlo nosotros".
El juicio: el mayor reto para hacer la experiencia más exclusiva
Como ya explicaban, el cuarto episodio está centrado, especialmente, en el juicio que tuvo lugar en 1997. Esto es lo que aporta un valor más exclusivo al documental, pero también uno de los mayores retos a los que se tuvieron que enfrentar. Cuando descubrieron que Canal Nou había pactado con el Tribunal la posibilidad de grabar todo el proceso, comprendieron que necesitaban conseguir acceso a ese material, que era inédito, ya que la mayoría no había visto la luz. Esto hizo que tuvieran que luchar a contrarreloj, ya que se negoció desde noviembre hasta septiembre para obtener toda esta documentación. Fue precisemante en septiembre -mes en el que se suponía que debía terminarse la serie-, momento en el que ya se había dado por perdido, cuando, tras muchas gestiones, consiguieron las 400 horas de grabación de Canal Nou, y Netflix aceptó alargar el plazo de producción considerando el valor potencial que contenía este nuevo hallazgo.
Todo esto llevó a un trabajo extra, pues de pronto las cosas se volvieron mucho más complejas. Desde septiembre hasta ahora han estado gestionando el cómo "visionar, analizar y poder introducir en la serie documental el material del juicio". Por eso, se podría decir que El caso Alcàsser se ha producido, de alguna manera, a dos tiempos.
Los testimonios: la pata fundamental de la investigación
Como ya explicaban, no hay una voz narradora que guíe la historia, por lo que era de vital importancia conseguir los testimonios de las personas implicadas en lo sucedido, con charlas que se prepararon muy a fondo, llegando a contar con psicólogos y especialistas para dirigir algunas de ellas. Para este proyecto, se contactó y se habló con 160 personas, grabando finalmente entrevistas a 58 de ellas. Con todas estas piezas, el equipo ha recopilado 228 horas de material bruto, de las cuales solo una pequeña parte, la más relevante y necesaria, veremos en la serie.
Así como aclaran, también se enfrentaron al hecho de que varias de las personas contactadas se ofrecieran para hablar y contar su versión, pero sin salir delante de la cámara. Y, del mismo modo, explican que se grabaron entrevistas que fueron de especial trascendencia a la hora de abrir investigación pero que, finalmente, por motivos de dirección decieron no incorporar al montaje. "Es bastante más complejo que reaccionar con un 'quién está y quién no está'". Por ejemplo, hablan de la valentía de TVE, TeleCinco y Antena3, aquellas cadenas que fueron juzgadas por la lucha mediática que propusieron, pero que han decidido ceder sus imágenes sin ningún tipo de veto o cláusula. Además, hacen especial hincapié en Pepe Navarro, que era propierario del material de archivo de Esta noche cruzamos el Mississipi, y que lo prestó alegando "es historia de la televisión en España. Soy responsable o no de lo que sucedió. Ahí lo tenéis, utilizadlo como consideréis".
Aun así, se ha mantenido la decisión de incoporar créditos al final de cada episodio en los que se indican quién ha dado testimonio y quién ha declinado la invitación a participar. Comentan que, precisamente, aquellos que daban un "no" como respuesta ayudaban a marcar, de alguna forma, las líneas rojas que Campos y Siminiani querían seguir en su trabajo.
Sobre estas líneas encontrarás el tráiler de El caso Alcàsser. Recuerda que los cinco episodios ya están disponibles en Netflix.