¡Qué tardes aquellas (y qué mañanas de fin de semana) frente al televisor! La llamada “caja tonta” nos ha dado tantas y tantas horas de diversión durante nuestra infancia que nuestra mente, en ocasiones, escapa de recordar la cantidad de series de animación que consumiamos con ansia mientras merendábamos un delicioso bocadillo de pan con chocolate. ¡Con chocolate! No digamos ya el hacer seguimiento por capítulos y temporadas. Aunque parezca impensable ahora, aquellas ficciones no tenían apenas hilo conductor y se asemejaban a lo que hoy llamamos procedimentales -lo mismo daba ver el quinto que el vigésimo episodio. Por eso facilitaban enormemente el visionado a un público juvenil que quería ver cuanto más mejor. ¡Ratones del espacio, guerreros a lomos de tigres, policías acorazados y dinosaurios antropomórficos! Estamos seguros de que si tuviésemos que hablar de todas las que disfrutamos tendríamos que hacer al menos diez reportajes. Por eso hemos decidido hablar de algunas de nuestras favoritas, que pueden resultar más o menos conocidas para la audiencia española. ¡Acompáñanos en este nostálgico viaje!
· ‘G.I. Joe’ (1985 - 1986)
Es extraño charlar con jóvenes de aquellas generaciones situadas entre la X (1965 - 1980) y la de los ‘Millennials’ (1980 - 2000) y que no conozcan las figuras de acción de los G.I. Joe. Lanzada al mercado por Hasbro, la colección inspirada en los soldados estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial con diferentes habilidades no tardó en tener su propia serie animada, emitida a partir del año 1985. En ella, los comandos de los G.I. Joe se enfrentaban al grupo terrorista Cobra por el control de una terrible arma de destrucción masiva. Pese a que Duke era el jefe del grupo, sin duda mis favoritos eran Rompeolas y Ojos de Serpiente, quizá porque al llevar la cara cubierta ese detalle les concedía un halo de misterio que no tenían los demás personajes. Recuerdo también imitar junto a mi grupo de amigos la voz (en doblaje latino, por supuesto) del terrible Comandante Cobra y su lengua bífida.
· ‘C.O.P.S.’ (1988 - 1989)
Si hay una serie mítica en mi infancia es C.O.P.S. Tardes y tardes sentado junto al televisor, mientras sintonizaba Antena 3 para ver La Merienda, espacio donde se podían ver las aventuras de Antibalas y sus muchachos. En este contendor de una hora de duración, presentado por Evita Dinamita y Ana Chávarri, también se emitían series como Cazafantasmas (la versión de Filmation) o Súper Mario. Volviendo a la serie creada por DiC Entertainment, estábamos ante una ficción policíaca llena de personajes tan carismáticos como Cazador y Relámpago (un barbudo cuya mascota era un perro biónico con una sirena en el lomo) o villanos tan chiflados como el Doctor Maldades (cuyo casco dejaba ver su cerebro al descubierto). Enseñando valores como la justicia y la lealtad, la acción se desarrollaba en la ficticia Ciudad Impero, lugar en el que los agentes luchaban, una y otra vez, contra las fuerzas del malvado Brandon 'El Jefe' Babel.
· ‘Los Aurones’ (1987 - 1988)
Antoni D'Ocon es uno de los grandes productores del panorama de la animación española. Suyas también son series como Los Fruittis o Basket Fever. En 1983 se estrenó con gran éxito la película de Jim Henson Cristal Oscuro, por lo que la productora catalana vio productivo comenzar el rodaje de un producto de similares características y así se emitió en noviembre del 87 Los Aurones. La ficción narra las aventuras de un pueblo que vive tranquilo cuidando del valle en el que habita, hasta que el rey Grog amenaza con robarles todo el oro con el que fabrican sus herramientas de uso diario. Los protagonistas Tejo, Yuca y sobre todo Poti-Poti ya son parte del imaginario de los jóvenes de aquella época. Todos deseábamos decir “¡Zas! Lanzarrayos” y convertir a nuestros enemigos en frutas y hortalizas. Menudo disgusto me llevé cuando finalizó en mayo del 88.
· ‘Los guerreros sobre ruedas’ (1985 - 1986)
Los 80 eran, entre otras muchas cosas, de Mad Max, sus secuelas y sus copias (‘exploitation’ como Los Guerreros del Bronx o Los guerreros del espacio). Por lo que el mundo de la animación no se iba a quedar corto a la hora de “tomarse ciertas licencias” gracias a la saga creada por George Miller. Pero aquella década también supuso la llegada a España de Canal Plus, y con él nuevo contenido de animación (cuando era emitido en abierto, claro), entre el que tuvimos Los guerreros sobre ruedas, serie claramente influenciada por la franquicia protagonizada por Mel Gibson. A este que escribe le volvía loco la mezcla de grandes vehículos y plantas que estos dibujos animados franceses mostraban. Una historia ambientada en el espacio en el que la que el hijo de un biotecnólogo se enfrentará a los experimentos fallidos de su progenitor a los mandos de grandes máquinas a motor.
· ‘Bravestarr’ (1987 - 1989)
La Filmation es una de mis productoras de animación favoritas. Siempre recordaré su logo al comienzo de series como He-Man o Cazafantasmas (de hecho, muy pocos saben que antes que ser llevada al cine por Ivan Reitman, era una telecomedia con personajes de carne y hueso, salida de esta misma factoría). La compañía fue la creadora de un emblemático personaje: Bravestarr, 'marshall' del planeta Nuevo Texas, un lugar famoso por la producción del mineral kerium, el cual es muy preciado por los bandidos más peligrosos, encabezados por Tex Hex. Como sucedía también en He-Man, los capítulos finalizaban con una moraleja explicada por el protagonista. Los juguetes que Mattel lanzó para acompañar el estreno de la serie eran, a diferencia de otras figuras basadas en dibujos animados de la época, de tamaño y precio desproporcionados, por lo que a la juguetera se le culpó (en parte) del poco éxito de la serie.
· 'Capitán Planeta' (1990 - 1996)
La llegada de las autonómicas también supuso toda una revolución en cuanto a series de animación se refiere. Era muy divertido conocer a alguien de Cataluña o Galicia (este que suscribe nació, creció y vive en Madrid) y de los distintos doblajes. Para mi fue todo un descubrimiento el aterrizaje de las aventuras del Capitán Planeta a estas cadenas. Me alucinaba esta esta historia de unos jóvenes que, con la ayuda de unos anillos que representaban los diferentes elementos de la naturaleza (corazón no se muy bien qué hace ahí), invocaban a un ser superior cuyo mayor 'leitmotiv' era la defensa del medio ambiente. No podían faltar a la cita las figuras de la serie, de un cuidado acabado, que fueron lanzadas por la compañía estadounidense Kenner (la misma que tenía los derechos de Star Wars).
· 'Los gatos samurái' (1990 - 1991)
Puede que me caigan palos por doquier con esta afirmación. Y es que creo Kyatto Ninden Teyandee -como se le conoce en Japón- es el mejor anime infantil de todos los tiempos. Llegó a España a través de Canal Plus con doblaje - cómo no - en latino. Muchos éramos los niños que nos sentábamos frente al televisor a la hora de la comida, esperando que la cadena de pago finalizase su emisión codificada y arrancase la denominada “en abierto”, para cantar aquella pegadiza melodía que acompañaba a la cabecera de esta serie. Capítulos autoconclusivos repletos de pizza, cañonazos y golpes de katana. Seguro que hoy, si uno se atreve a revisarla, sigue siendo tan tremendamente divertida como entonces.
· 'La corona mágica' (1989)
Aunque ahora esté copada por infames telefilmes alemanes, las sobremesas de fin de semana en Televisión Española siempre comenzaban con la emisión del capítulo de una serie infantil. Por allí pasaron Alfred J. Kwak, Los Trotamúsicos o mi querida La corona mágica. La fantasía estaba muy de moda a finales de los 80 gracias a películas como Excalibur, Krull o Conan, por lo que Juan Ramón Pina de Estudios Filman aprovechó la ocasión para crear su maravilloso Sistema del Doble Sol. Los niños de aquella época nos quedábamos embobados con las aventuras del príncipe Zalk y la princesa Sheila para proteger la corona de poderes mágicos de la hechicera Idún y su mano derecha, el visir Zohak (uno de los villanos más carismáticos que ha pasado por la historia de los dibujos animados nacionales). Una pena que su creador, tras la anodina La auténticas aventuras del Profesor Thompson, sólo trabajase en el departamento de animación de unas pocas ficciones animadas más, como El conde Dukula.
· 'T-Rex' (1992 - 1993)
La 2 de Televisión Española se convirtió en uno de los pocos reductos a los que los niños podían acudir en busca de dibujos animados, cuando las cadenas comenzaron a retirar el contenido infantil de su programación o dejándolo únicamente para la hora del desayuno y los fines de semana. Allí pudimos ver esta divertidísima coproducción entre Japón y EE.UU que mezclaba el ‘noir’ de los años 50 con el cómic de superhéroes y los dinosaurios (¡casi nada!). Su argumento giraba en torno a cinco personajes antropomórficos de la especie de los Tyrannosaurus rex que cantaban en un club, pero que también tenían una vida secreta: ocultaban su identidad convertidos en un supergrupo que combatía el mal, encarnado principalmente en la figura de El Jefazo y sus secuaces.
· 'James Bond Jr.' (1991 - 1992)
La idea podía parecer descabellada porque al personaje creado por Ian Fleming no se le conoce descendencia alguna. Aunque, en realidad, el protagonista de James Bond Jr. era el sobrino del agente estrella del MI6 británico. Sin duda, una buena vuelta de tuerca para acercar el personaje a un público juvenil. A este estudiante de la Academia Warfield le acompañaban entre otros sus amigos Horace 'I.Q.' Boothroyd III, nieto del Q original, y Gordon 'Gordo' Leiter, hijo de Felix Leiter, operativo de la CIA amigo de 007. Con un diseño de animación muy similar al de sus coetáneas de aquella época, la ficción estuvo producida nada más y nada menos que por la United Artist (encargada de la franquicia Bond hasta El mañana nunca muere). De entre todos los 'gadgets' de los que hacía gala James Jr., yo sin duda me quedaba con su reloj, un artilugio que hoy podría asemejarse perfectamente a un Apple Watch. El dinero y la tecnología lo pueden todo.
Tomás Andrés
· ‘El rey Arturo y los caballeros de la justicia’ (1992 - 1993)
Digan lo que digan, la noventera El rey Arturo y los caballeros de la justicia era una serie muy molona cuando, de pequeño, te dedicabas a imaginar que eras un experto espadachín. Tu madre, por supuesto, te miraba de reojo como diciendo: "Qué lastimita". Con el auténtico Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda atrapados en una cueva de cristal, el mago Merlín transportaba a Camelot como sustitutos a un equipo de fútbol americano de Nueva York. Al son de "¡Caballeros, caballeros!", la plantilla buscaba las Doce Llaves de la Verdad para rescatar a sus homólogos del maleficio de Morgana. Pero, personalmente, lo que más me gustaba eran sus armaduras y su capacidad de invocar armas y criaturas mágicas. ¿No soñabas cuando ibas al colegio con que un dragón dorado cobrara vida de tu escudo? Yo sí.
· ‘Thundercats’ (1985 - 1989) / ‘SilverHawks’ (1986) / ‘TigerSharks’ (1987)
Primero nos enganchamos a Thundercats, con la que soñamos que éramos León-O y nos enamoramos de Chitara al instante, para después coquetear con las menos exitosas y más breves SilverHawks y TigerSharks. Todas ellas eran de Rankin/Bass y Lorimar. La primera de ellas giraba en torno a una raza alienígena de felinos humanoides, habitantes del planeta moribundo Thundera, que acababan en la "Tercera Tierra" protegiendo la Espada del Augurio y el místico Ojo de Thundera, fuente de su poder, de unos mutantes y del hechicero momificado Mumm-Ra -confieso que le tenía mucho odio y también me daba bastante miedo. Repitiendo la fórmula, parte del mismo equipo dio luz verde a SilverHawks, sobre unos héroes del siglo XXIX con cuerpos metálicos en forma de halcón, y TigerSharks, sobre paladines capaces de transformarse en tiburones y otras criaturas marinas.
· ‘He-Man y los masters del universo’ (1983 - 1985) / ‘She-Ra’ (1985 - 1987)
"¡Por el poder de Grayskull... yo tengo el poder!". Quién no ha visto alguna vez He-Man y los masters del universo, ha jugado a ser el príncipe Adam con la Espada del Poder o ha estado horas y horas inventando diálogos con las figuras de acción de Mattel. La serie animada, de 130 capítulos y con una canción que todavía escucho en mis oídos -lo contentos que nos poníamos con el sonido de las letras de Filmation-, nos transportaba al planeta mágico de Eternia, donde el defensor del Castillo de Grayskull -un mamotreto en su versión juguete, lo confieso- combatía a Skeletor y a sus secuaces con sus increíbles fuerza e ingenio y sus amigos Man-At-Arms, Teela, el mago Orko y su fiel tigre parlante Battle Cat. Su hermana gemela, She-Ra, también tenía serie propia (de 93 episodios), donde liberaba el mundo de Etheria de Hordak. Flipaba con los ‘crossovers’ antes de saber qué eran.
· ‘Dinosaucers’ (1987)
De finales de los 80 también era Dinosaucers, que duró 65 episodios en una sola temporada. Aquí no había caballeros de la Mesa Redonda, sino dinosaurios antropomórficos inteligentes que llegaban a la Tierra y que reclutaban a cuatro pequeños y valientes humanos (Ryan, Sara, Paul y David), los Exploradores Secretos, para combatir a los malvado Tyrannos, comandados por el brutal Genghis Rex. Bases secretas, anillos de poder, naves espaciales con forma de dinosaurio… "Solíamos ser cuatro adolescentes normales y corrientes… hasta que un día… conocimos a unos nuevos amigos de fuera de la ciudad. Se llamaban… Dinosaucers". Todavía se me ponen los pelos de punta.
· ‘Motorratones de Marte’ (1993 - 1996)
Había niños de mi época que pensaban que la serie animada de Las Tortugas Ninja era demasiado infantil y preferían ver a los ‘malotes’ de los Motorratones de Marte. Yo, que no tenía nada de ‘malote’, incluso tenía algún que otro muñeco basado en la ficción creada por Rick Ungar. Sus protagonistas eran tres ratones antropomórficos, con el nombre de Throttle, Modo, y Vinnie, que escapaban de una guerra en el planeta rojo para defender la Tierra -a su llegada a Chicago- del villano de la historia, el plutarkiano Lawrence Limburger, y sus aliados. Recuerda lo que decía Throttle, el líder del trío: "En este mundo salvaje e incivilizado, puedes contar con tres cosas: tu cerebro, tus colegas y tu moto". Porque, lógico, todos ellos se hacían amigos de la valerosa mecánica humana Charlene ‘Charley’ Davidson y conducían unas motos de infarto. En 2006 hubo una especie de ‘reboot’ de 28 capítulos.
· ‘La Patrulla Galáctica’ (1986 - 1989)
Nada que ver con los Guardianes de la Galaxia de Star-Lord y compañía, los Galaxy Rangers te encantarán ahora si disfrutas con el ‘western’ y la ‘space opera’. Déjate llevar a algún momento posterior al año 2086, cuando dos extraterrestres pacíficos de los planetas Andor y Kirwin viajan a la Tierra en busca de aliados para combatir al Imperio de la Corona y a su esclavista y despiadada reina. A cambio de su ayuda, los humanos consiguen el primer hiperimpulsor, tecnología necesaria para surcar las estrellas a una velocidad inimaginable. Con sus implantes cerebrales Serie 5, los miembros de la Patrulla Galáctica de BETA (Oficina para Asuntos Extraterrestres), la mayor fuerza militar y exploradora de la Tierra, son capaces de potenciar al máximo sus capacidades con sólo pulsar su insignia. El capitán Zackary Foxx y su brazo biónico que dispara ráfagas de energía, la psíquica Niko, el informático Walter Hartford… Aunque el favorito de todos era Shane 'Goose' Gooseman, un mutante que podía curarse, absorber energía y hasta cambiar de aspecto. La mezcla perfecta entre Clint Eastwood y Lobezno. Y menudo temazo era ese 'No Guts, No Glory', la canción que servía de ‘opening’ de la serie.
· ‘Capitán N’ (1989 - 1991)
Kevin Keene es un adolescente de Los Ángeles que, en compañía de su perro Duke, es transportado a otro universo (Videoland) al ser 'engullido' por su televisión. Según la profecía, el joven está destinado a convertirse en Capitán N para salvar la ciudad futurista y virtual de la princesa Lana de la antagonista Mother Brain. Las únicas armas de Kevin son una Zapper (una pistolita de videojuegos) y una hebilla con la forma de un mando de NES. Su equipo, agárrate, lo forman la gobernante de Videoland, Simon Belmont de la saga Castlevania, Mega Man y el Pit de Kid Icarus. Más adelante también conocíamos a una Game Boy parlante, a Donkey Kong y hasta al mismísimo Link de The Legend of Zelda. Y todo con referencias a juegos como Paperboy, Solar Striker, Super Mario Bros. y Tetris.
· ‘En busca de Carmen Sandiego’ (1994 - 1999)
Antes de la versión de Netflix de este año, DIC produjo a mediados de los 90 En busca de Carmen Sandiego, de cuatro temporadas y un total de 40 episodios, también basada en la famosa franquicia con fines educativos. En la historia, los jóvenes detectives de ACME Ivy y Zack, hermanos entre sí, persiguen por el mundo a la escurridiza ladrona internacional, caracterizada por sus icónicos sombrero y gabardina de color rojo. Lo más curioso de todo es que tanto al principio como al final conocíamos de espaldas a El Jugador, el único personaje de acción real, para el que la serie era un videojuego de ingenio. Entre actos también podías responder preguntas de cultura general, de vocabulario e idiomas. De diez.
· ‘Bots master’ (1993 - 1994)
Año 2025. La raza humana le debe al ingenioso ingeniero mecánico Ziv ‘ZZ’ Zulander y a la compañía para la que trabaja, RM Corp, que humanos y robots convivan en armonía. Sus creaciones han revolucionado la vida tal y como la conocemos y también su aplicación en robótica. Pero al presidente de RM Corp, Sir Lewis Leon Paradim, no le basta con ser uno de los hombres más ricos del mundo y también quiere dominarlo con los inventos de su empleado. Un pequeño chip y la RM puede dar órdenes a cualquiera de sus máquinas. ZZ abandona la empresa e inicia una guerrilla con su brigada de B.O.Y.Z.Z. Robots médicos, cocineros, deportistas, ninjas, científicos, guardaespaldas… Zulander tiene una hermana, Blitzy, y hasta se enamora de Lady Frenzy, la mano derecha de Paradim. "Lazer Time!".
· ‘Orbots’ (1994)
Estaban los Transformers de Hasbro y Sunbow y luego una de sus copias, los Orbots, que debido a una demanda de la juguetera Tonka sólo sobrevivieron durante 13 episodios. Casi nadie se acuerda de ellos y es una auténtica pena. Bucea en YouTube y me darás la razón. La acción transcurre en el siglo XXIII en un mundo de robots y alienígenas. Los humanos se han unido a varias razas para lograr la paz en la galaxia a través de sus Planetas Unidos. Pero no todos están de acuerdo, en especial la organización criminal SHADOW. Para combatirla, el inventor Rob Simmons diseña seis robots especiales con poderes de lo más singulares y la habilidad de fusionarse en uno todavía más grande. El fortachón Tor como el pecho y la cabeza, el largirucho Bort como la pierna derecha, las hermanas Bo y Boo como los brazos, el comilón Crunch como la pierna izquierda y la mandona Ohno como vínculo entre todos ellos.
Santiago Gimeno