Una Vida, Una Cena, el nuevo título original de Amazon Prime Video que promete hacer las delicias de los amantes de la gastronomía, acaba de llegar a la plataforma de 'streaming' para mostrarnos el reto más personal del chef Quique Dacosta. En cada uno de los seis episodios que conforman el programa, que ya pueden disfrutarse al completo, en la plataforma, el famoso cocinero español se encuentra con un invitado muy diferente pero con un mismo y ambicioso objetivo: plasmar a través de la comida los recuerdos.
Ellos son seis figuras muy conocidas por todos: las actrices Najwa Nimri e Inma Cuesta, el torero José María Manzanares, la tenista Garbiñe Muguruza, el modelo y actor Andrés Velencoso y el artista Alejandro Sanz.
En cada uno de los encuentros, el chef Dacosta desarrolla un menú de cuatro platos diseñado especialmente para cada uno de sus invitados, con el objetivo de despertar sus recuerdos y sus emociones mientras conversan con gran naturalidad sobre sus vidas y sus éxitos. Para elaborar los menús, Dacosta se reúne junto a su equipo en su restaurante de Dénia para configurar estos cuatro platos que brindará a sus invitados.
Enamorado del proyecto, Quique Dacosta ha hablado en profundidad a SensaCine su experiencia en Una Vida, Una Cena.
A la hora de capturar la esencia de cada uno de los invitados que participan, ¿qué es lo principal? ¿Ya es un gran paso conocer su identidad y trayectoria o es esencial conocerlos más profundamente? ¿Cómo ha sido ese proceso?
El proceso creativo al que junto a mi equipo me enfrento cada vez que nace un plato es complejo. Normalmente el detonante creativo y la inspiración no surge en la propia cocina. Es un gesto, una circunstancia, un sentimiento… En anteriores temporadas en Quique Dacosta Restaurante hemos encontrado esa inspiración en los paisajes, en la naturaleza, en el territorio, en diferentes disciplinas artísticas, en la tradición e incluso en mis sentimientos. A partir de ahí nació, junto a The Mediapro Studio, la idea de Una Vida Una Cena. En esta ocasión ha sido un reto difícil a la vez que bonito. Nos hemos inspirado en cuatro momentos importantes de la vida de seis invitados para crear un menú. Y para hacerlo, he buceado en sus vidas, hemos realizado un trabajo de introspección en sus carreras. Hemos investigado sus éxitos, sus fracasos y sus momentos felices o de dolor. Ha sido mágico y divertido, y a veces duro.
Si tuvieras que elegir una por encima de todas, ¿dónde dirías que está la clave de la esencia de una persona?
En su verdad. Con unas personas cuesta más llegar hasta su esencia pero cuando logras conectar de esa forma tan auténtica los momentos mágicos no paran de surgir. Hemos tenido la gran suerte de contar con seis invitados que, además de tener trayectorias increíbles, son personas muy auténticas que se han desnudado completamente permitiéndome tocar un poquito sus sentimientos y sus emociones con mi cocina.
¿Hay algo que te haya sorprendido especialmente de Alejandro Sanz, Najwa Nimri, Garbiñe Muguruza, Andrés Velencoso, Inma Cuesta y José María Manzanares?
A José María Manzanares y a Alejandro Sanz les admiro desde hace muchos años, son amigos a los que quiero y respeto profundamente. Al resto no les conocía personalmente y me han sorprendido e incluso me han emocionado sus reacciones. Hubo un momento con Najwa Nimri en el que escenificamos una bacanal romana, con mariscos de todo tipo, frutas, etc. Ella, sin un porqué específico, empezó a sudar y a sentir una energía interior que no sabía calificar. Quizás se sintió abrumada… Fue muy curioso.
En el caso de Alejandro Sanz representamos una caricia de su madre, surgió la magia sin apenas intercambiar palabra… Él enseguida se trasladó a aquel momento en el que su madre le cocinaba unas acelgas maravillosas. O el Corazón de toro de Manzanares en el que representamos su éxito. Ese momento en el que tiene que matar o indultar a un toro para conseguir triunfar. Ha habido momentos emocionantes con todos.
¿Cuál es el principal reto que te ha planteado Una vida, una cena?
El principal reto ha sido encontrar inspiración en los sentimientos, las emociones y las circunstancias profesionales y personales de otra persona. Es algo que surgió en una temporada en Quique Dacosta Restaurante que denominamos Estados de Ánimo. Pero eran mis estados de ánimo y no los de otras personas. Sientes un cúmulo de cosas porque tienes el privilegio y a la vez la responsabilidad de intentar guiar a tus invitados a través de la cocina, a sus recuerdos, sus sentimientos, sus fracasos o sus éxitos. He intentado hacerlo con absoluto cariño y respeto.
¿Te ha servido hablar con otros chefs que también han tenido experiencias con formatos televisivos?
Siempre aprendo de esos compañeros que hacen televisión. Llevo 34 años en la cocina, y he participado en programas de televisión y documentales en todo este tiempo, pero me atraía este formato de televisión, muy cuidado, que va más allá y navega por emociones y sentimientos despertados por la cocina. Ha sido un reto completamente nuevo para mí del que, de la mano de The Mediapro Studio, he aprendido mucho y estoy muy orgulloso.
