La maldición de Hill House fue todo un éxito en su estreno en 2018. Por esta razón, Netflix decidió confiar una vez más en Mike Flanagan para realizar la que sería ‘una segunda temporada’ pero esta vez ambientada en otra terrorífica casa, concretamente en la de Bly Manor.
Basada en la novela de Otra vuelta de tuerca de Henry James, La maldición de Bly Manor cuenta una nueva historia de fantasmas, pero con un toque totalmente distinto a lo visto en Hill House y tras su estreno, el pasado 9 de octubre, muchas personas se plantean si Netflix decidirá realizar otra entrega, pero con otra casa encantada como protagonista.
Por esta misma razón, la redacción de SensaCine ha elegido 10 casas encantadas de libros, series y películas que se merecen una temporada en Netflix. Hemos elegido también como sería el título de la misma, para así hacer el trabajo a Netflix mucho más fácil:
La maldición de la casa de hojas
Custodio Guerrero
La casa de hojas es un libro escrito por Mark Z. Danielewski y es perfecto para ser adaptada por Mike Flanagan para Netflix tras Hill House y Bly Manor. Cada una de las anteriores entregas tenían una característica particular que las diferencia, una de ellas es una historia de fantasmas y la otra un amor gótico. La casa de hojas sería la de una angustia constante, tal como lo refleja el libro en sí y su forma particular de leerlo. La historia se centra en una familia que se muda a una casa aparentemente normal.
Sin embargo, el padre descubre que en el salón ha aparecido de repente una puerta que da a un pasillo oscuro que ni la luz puede llegar a alumbrar en su totalidad. Así comienza una historia de investigación y de terror en cómo la casa cambiar de repente su distribución o cómo puede llegar a esconder kilómetros y kilómetros de lo que parece ser otras habitaciones, pasillos y escaleras en plena oscuridad. Y eso solo es la punta del iceberg de esta casa.
La maldición de Winchester
Beatriz Benés
Ubicada en California, esta mansión cuenta con una misteriosa historia detrás que la hace todavía más especial. Fue construida a finales del siglo XIX por Sarah Winchester, la viuda del mayor heredero del imperio de los famosos rifles de Estados Unidos. La mujer perdió a su hija a los pocos meses de nacer, más tarde a su suegro y años después murió su marido. Tras tantas tragedias acabó sumiéndose en una fuerte depresión. Lo único que le quedó fueron los millones de dólares que había heredado de la fortuna de su marido.
A pesar de tener todo el dinero del mundo, no era consuelo para su alma en pena. Desesperada buscó respuesta en una médium que le avisó de que su familia estaba maldita y que debería mudarse y construir una casa especial para todas las víctimas que habían muerto a causa de las armas de Winchester. La mansión debía permanecer en construcción las 24 horas del día sin descanso. Sarah dibujaba por la noche los bocetos y por el día se los mostraba al capataz de la obra. La viuda lo hizo así durante 38 años, hasta que falleció con 83 años.
El resultado fue una enorme casa repleta de escaleras y puertas que no dirigían a ningún lado. En total se construyeron 160 habitaciones decoradas con todo tipo de lujos. Lo más impactante de esta historia es que fue real, y llegó a la gran pantalla de la mano de los hermanos Spierig, que no dudaron en transmitir al espectador el mensaje claro contra las armas
La maldición de Enfield
Aída S. Anyolini
Entre los años 1977 y 1979, tuvo lugar en el municipio londinense de Enfield, Inglaterra, uno de los ‘poltergeist’ más sonados de la historia. Todo comienza cuando Peggy Houdson y sus cuatro hijos se mudan a una casa en esta zona. Sin embargo, comienzan a ocurrir fenómenos extraños que atormentan a toda la familia: movimientos en las camas, ruidos sospechosos, sillas que vuelan y un largo y perturbador etcétera. Pero, por desgracia, esta pesadilla sólo acababa de empezar. Durante meses, la familia recibió la visita de múltiples reporteros e investigadores de casos paranormales que afirmaban la presencia de una energía inexplicable que provocaba el caos.
Pero más allá de los movimientos en el mobiliario, la más perjudicada en esta situación fue la pequeña Janet, de 11 años. La niña, además de ser sacada de la cama por una fuerza sobrehumana, afirmaba que un hombre llamado Bill hablaba a través de ella. Un hombre que, como afirmaba Janet, había fallecido en esa casa por una hemorragia. Pese a que había múltiples escépticos que desacreditaban toda la historia, el caso cada vez llamaba más la atención en toda Inglaterra y parte del extranjero. Tanto es así que la historia llamó la atención de los populares demonólogos Ed y Lorrain Warren, que cruzaron el Atlántico para llegar a esta casa encantada.
Pese a que no pudieron documentar la terrorífica atmósfera que se encontraba ahí, la pareja filmó levitaciones, cambios de lugar de los objetos y voces de espíritus en diferentes habitaciones. Una interpretación de los hechos que fue llevada al cine por James Wan en Expediente Warren: El caso Enfield, consiguiendo una de las mejores películas de terror de los últimos tiempos. Pero, sin duda, la historia que vivió la familia Houdson en aquella época, merece una serie que narre cada uno de los terroríficos sucesos que tuvieron lugar en esa casa de Enfield. Ojalá se le pase por la cabeza a Mike Flanagan.
La maldición de Amityville
Ana Lasso
Amityville es una pequeña localidad del Estado de Nueva York (Estados Unidos). Estos pequeños pueblos norteamericanos siempre esconden alguna catástrofe inexplicable o suceso paranormal, y en este caso ocurrió en el 112 de Ocean Avenue. A simple vista, la casa que se encuentra en esta ubicación tiene una apariencia de lo más normal, muy diferente a otras de estilo gótico y muros de madera corroída. En su lugar, lo que encuentras es una mansión de madera blanca, de tres plantas: con cinco dormitorios, cuatro baños, comedor, patio cerrado, sótano y garaje.
Pero, detrás de su apariencia angelical, este inmueble esconde una macabra historia real que dio lugar a la novela de The Amityville Horror: A true story, escrita por Stuart Rosenberg en 1979. La madrugada del 14 noviembre de 1974, Ronald DeFeo Jr., de 23 años, asesinó con un rifle Martin del calibre .35 a su madre, su padre, sus dos hermanos y sus dos hermanas. Tras este suceso, el alojamiento se puso en venta y fue adquirido por la familia Lutz: George, Kathy y sus tres hijos. Pero, un día por la noche, y tan solo 28 días, todos ellos abandonaron la casa sin más pertenencias que lo puesto tras presenciar extraños sucesos paranormales.
Tal ha sido el impacto de esta historia, que a los cinco años de estos sucesos se publicaba la novela y ese mismo año se estrenaba Terror en Amityville, la primera cinta de una larga saga de películas sobre esta historia: Amityville II – La posesión (1982), El pozo del infierno (1983), La fuga del diablo (1989), La morada del miedo (2005), Amityville: El despertar (2017). Aunque han pasado 46 años del primer asesinato masivo, y la casa ahora tiene nuevos dueños, David y Caroline D’Antonio desde 2006, resulta imposible no pisar el suelo de cualquier estancia sin pensar en la la leyenda las imágenes e historias terroríficas que se han llevado a la gran pantalla.
La maldición del Overlook
Santiago Gimeno
Soñar es gratis y no me importaría que Mike Flanagan, después de La maldición de Hill House y La maldición de Bly Manor, se atreviera con una tercera temporada ambientada en el mismísimo Overlook creado por Stephen King para El resplandor. Las adaptaciones basadas en obras del maestro del terror suelen gustar mucho al público y Flanagan, además, está acostumbrado a trabajar en material creado por el escritor nacido en Maine -ya ha dirigido El juego de Gerald (2017) y Doctor Sueño (2019) y hasta estaba preparando una precuela centrada en el personaje de Dick Hallorann, ahora en punto muerto. La vida de Jack Torrance (Jack Nicholson) y de su familia está de sobra representada en El resplandor (1980) de Stanley Kubrick y después en su continuación Doctor Sueño.
Pero los muros del Overlook, situado en las montañas de Colorado, encierran pesadillas de sobra para cautivar a los amantes de la pequeña pantalla. Quizá una entrega de nueve o diez capítulos para narrar cuando, a comienzos del siglo XX, cobijaba a las poderosas familias Vanderbilt, Rockefeller, Astor y Du Pont. O para contar que, en 1961 y sólo durante un año, cuatro autores literarios, dos de ellos ganadores del Pulitzer, lo alquilaron como escuela. O, quién sabe, para presentar como protagonista a Delbert Grady, el vigilante que precedió a Jack Torrance y que, manipulado por el hotel, mató a su mujer y a sus dos hijas -las famosas gemelas de vestidito azul que salen en la versión de Kubrick. Huéspedes que deciden suicidarse, visitas ilustres, bailes de máscaras, mafiosos… La única pega es que J.J. Abrams, su compañía Bad Robot y HBO Max ya están detrás de la ficción precuela ‘spin-off’ titulada simplemente como Overlook.
La maldición de Holmes Castle
Alicia P. Ferreirós
Dr. Henry Howard Holmes, también conocido como H.H. Holmes fue un asesino en serie estadounidense del siglo XIX que, si ya mereció en su día formar parte de la quinta temporada de American Horror Story, Hotel, también encajaría perfectamente como una potencial sucesora de La maldición de Hill House y La maldición de Bly Manor si finalmente Mike Flanagan decide seguir apostando por la antología. Y es que, si el número de asesinatos cometidos por H.H. Holmes imposible de determinar, es precisamente por su famoso Holmes Castle, un gigantesco hotel que el doctor construyó en 1983 con motivo de una exposición que atraería a un montón de visitantes a Chicago y un único objetivo: Matar. El infame castillo era profundamente laberíntico, contaba con centenares de habitaciones sin ventanas, otras insonorizadas, puertas que no conducían a ningún lugar, trampillas, montacargas, toboganes, cámaras de gas.
El terror, hecho hotel. A lo largo de la construcción de tan delirante “negocio”, Holmes contrató y despidió a numerosas constructoras que nunca llegaban a terminar el trabajo, consiguiendo así ocultar las numerosas trampas mortales que se escondían en su interior. Una vez capturado el asesino, el hotel se incendió misteriosamente. Si no, ¡la de fantasmas que podría esconder Flanagan en sus pasillos!
La maldición de la casa Belasco
Custodio Guerrero
Ya sabemos cómo le gusta a Mike Flanagan basarse en novelas clásicas de terror para sus series de terror, como La maldición de Hill House de Shirley Jackson u Otra vuelta de tuerca de Henry James para La maldición de Bly Manor. Por esta razón, La casa infernal de Richard Matheson tiene todas las papeletas para poder conseguir una temporada en Netflix bajo el título La maldición de la casa Belasco. Con varias similitudes a Hill House de Shirley Jackson, esta novela tiene la particularidad de albergar mucho más violencia e imágenes sexuales que el libro de Jackson. Escrito en 1971 y adaptado al cine por John Hough bajo el título La leyenda de la mansión del infierno, el libro sigue la historia de un grupo de investigación que pasará una semana en la casa Belasco, lugar donde en 1940 ocurrieron una serie de sucesos que acabó con la vida de varias personas.
La maldición de la casa y el cerebro
Lorena Vialás
La obsesión por las historias de casas encantadas hace que me resulte sorprendente que, aún hoy en día, ningún guionista haya adaptado la novela La casa y el cerebro a la pequeña o gran pantalla. La obra de Edward Bulwer-Lytton, publicada originalmente como The Haunters and the Haunted -también conocida como The House and The Brand-, en 1857, es considerada como una de las mejores de este subgénero del terror, incluso por H.P. Lovecraft, como se puede leer en su ensayo El horror sobrenatural en la literatura (1927). Sin duda, un detalle que la convierte en la elección perfecta para centrar la trama de la hipotética tercera temporada de La maldición de Hill House.
La historia, contada en poco más de 100 páginas –de esas que se devoran en una tarde- sigue a un acomodado hombre británico que piensa que las historias de casas encantadas son solo leyendas, como ha podido comprobar en alguna ocasión. Aún así, no puede evitar sentirse atraído por todo lo que rodea a este tipo de lugares embrujados. De tal forma que cuando llega a sus oídos la existencia de una pequeña casa que parece albergar fantasmas, y en la que nadie ha podido permanecer durante más de una noche, se desate en él tal morbo que quiera conocerla de primera mano.
Así pues, enseguida se dispone a alquilar este misterioso alojamiento, al que, pese a las advertencias del casero sobre una extraña presencia que merodea por la estancia, se traslada junto a su fiel mayordomo y su perro. Aunque al principio se mantiene escéptico, la aparición de huellas recientes o el movimiento de algunos de los muebles de la casa, empiezan a generar en él un halo de horror que jamás había experimentado. Desde aquí hacemos un llamamiento a Mike Flanagan para que no pierda de vista esta joya de la literatura y la tenga muy presente para futuras entregas.
La maldición de la Casa Usher
Tomás Andrés
Edgar Allan Poe es uno de los grandes autores de novela de terror y fantástica de todos los tiempos, en un olimpo en el que se encuentran también nombres como el de H.P. Lovecraft (Los Mitos de Cthulhu) o Bram Stoker (Drácula). A pesar de la universalidad de su obra, bien es cierto que el cine que ha tratado de adaptar la obra del escritor de Boston no le ha hecho del todo justicia. Ahí están películas como El hechizo de Morella o El foso y el péndulo, que no hacen más que reafirmar esta teoría. Uno de sus relatos cortos más legendarios: La caída de la casa Usher, también ha sido tratado de llevar a la gran pantalla -o en producciones para televisión- en varias ocasiones. Un material algo complejo de plasmar en imágenes, que ha pasado por las manos de realizadores de género emblemáticos como Jesús Franco (El hundimiento de la casa Usher) o Roger Corman (La caída de la casa Usher), siempre con un resultado irregular.
Por todos esos motivos, y ahora que la ficción televisiva inspirada en literatura vive un gran momento (sólo hay que ver éxitos como Juego de tronos, The Witcher o El visitante para darse cuenta), ha llegado la hora de hacer justicia con la obra de Poe a modo de gran serie. Una producción de este calibre, es un goloso manjar en manos de ‘showrunners’ como Richard Price, Nick Antosca o Mike Flanagan. Sólo hay que cruzar los dedos y esperar que Netflix de el primer paso y nos hagan felices a los fans de uno de los grandes escritores de terror de todos los tiempos.
La maldición del Otro Lugar
Andrea Zamora
Si no has leído Nuestra parte de noche te animo a que lo hagas. La novela de Mariana Enríquez publicada en 2019 es una suerte de Harry Potter para aquellos que de niños devoramos la historia escrita por J.K. Rowling y ya nos acercamos a la treintena. Mucho más oscura, sexual, macabra y sangrienta; Nuestra parte de noche cuenta la historia de Juan y Gaspar, un padre y un hijo que recorren Argentina desde Buenos Aires hasta las cataratas de Iguazú. Juan emprende este viaje junto a su vástago para protegerlo de su legado. El progenitor es un médium de una sociedad secreta que contacta con la Oscuridad con el objetivo de alcanzar la vida eterna.
El destino de estos médiums es atroz y está lleno de muerte, sufrimiento y crueldad. Enríquez divide su novela en tres partes, cada una de ellas narrada por un personaje diferente. La primera corre a cargo de Juan, la segunda de Gaspar y la tercera de Rosario, la madre de este último que murió en circunstancias extrañas. Pero centrémonos en los fragmentos en los que el hijo de la familia narra sus días como adolescente. Es durante estos episodios -una especie de Stranger Things macabro- en los que se introduce una casa abandonada en el barrio en el que habita Gaspar y su pandilla. La construcción, en cuestión, provoca pavor entre los adultos y parece zumbar en los oídos de los niños. Una noche, el grupo de amigos de Gaspar decide entrar en ella.
Y lo que se encuentran es un edificio laberíntico que, como la TARDIS de Doctor Who, es más grande por dentro que por fuera. Repleta de elementos que harían a más de uno vomitar en el acto -dientes, párpados cortados…-, esta casa muta y se traga a aquellos que osan adentrarse en una de sus puertas. A aquellos que corren la mala suerte de cruzar el umbral hacia las fauces de la letal Oscuridad en el llamado Otro Lugar.
No sé si Nuestra parte de noche se convertirá en el futuro en una serie o una película. Preferible lo primero que lo segundo. Lo que sí está claro es que el relato de Enríquez lo tiene todo para transformarse en imágenes y sonido. Al igual que con la novela, una ficción con esa casa abandonada como núcleo central de la historia supondría la misma ansia hambrienta para engullir cada uno de sus episodios. Este edificio maldito y la mitología que nos presenta Enríquez están a la altura de mansiones llenas de fantasmas como Bly Manor y Hill House: Una casa construida con el material del que están hechas las pesadillas.