Seres sobrenaturales deseando matarte de una paliza, líderes de secta carismáticos, gente que se toma la justicia por su mano... Rumbo al infierno nos presenta una realidad muy poco apetecible y, sin embargo, bastante cercana a lo que podría pasar en nuestro mundo si, de repente, las personas empezasen a morir atacadas por supuestos demonios y fuesen arrastradas al infierno. Es una serie coreana creada por Sang-Ho Yeon y, tras su estreno el pasado 19 de noviembre en Netflix, se ha colocado entre lo más visto en 24 países.
Parte de su encanto es que plantea situaciones que dan pie a una reflexión por parte del espectador y, en el camino, ofrece escenas de gran violencia. Las 'demostraciones' de las víctimas son muy crueles, así que cuando te enteras de que un bebé recién nacido ha sido elegido para ir al infierno, como mínimo, se te hace un nudo en la garganta. Sin embargo, el final guarda una sorpresa. Aquí repasamos cómo ha terminado Rumbo al infierno y su explicación.
¡Cuidado, SPOILERS! No sigas leyendo si no has visto el final de 'Rumbo al infierno'
Después de tres episodios angustiosos donde esperamos la demostración del bebé de Song So-hyun (Won Jin-ah), comprobamos que los guionistas no se han atrevido a matar a un bebé de una paliza -gracias- y que ha quedado a salvo tras el sacrificio de sus padres.
Tras una lucha desigual con los tres demonios del infierno por parte de la abogada Min Hye-Jin (Kim Hyun-joo) y el padre de la criatura, Bae Young-jae (Jeong Min Park), aceptan que no pueden hacer mucho más y abrazan al pequeño para intentar protegerlo. El escudo humano funciona y, aunque los padres fallecen carbonizados, el bebé queda a salvo. Min Hye-Jin se lo lleva corriendo antes de que aparezcan los diáconos de la Nueva Verdad. Parece que, por el momento, su vida no corre peligro, pero, ¿qué significa esto para el futuro de la religión y su propio futuro?
Mucho más que la sustituta de 'El juego del calamar': 'Rumbo al infierno' es única y "deja una profunda impresión"En los últimos momentos de la ficción se asienta la idea de que la reputación de la Nueva Verdad está en duda. El hecho imposible de que un bebé pudiese tener un pecado ya empieza a generar dudas entre algunos seguidores, pero su supervivencia es lo que desata la revolución. ¿Por qué sus padres, que no habían sido llamados al infierno, sí mueren y la víctima sigue en pie?
Al mismo tiempo, el diácono Yuji (Ryu Gyeong-soo) deja inconsciente a un hombre tras pegarle una paliza por ser incapaz de controlar su rabia. La sociedad, que había permanecido impasible ante los ataques de la organización Punta de flecha, queda horrorizada ante la actitud del religioso. Ya no están dispuestos a aceptarlo y seguro que la doctrina entra en horas bajas.
¿Agujero de guion o el inicio de una nueva etapa?
Hay quien puede pensar que la muerte de Bae Young-jae y Song So-hyun y la supervivencia del bebé es un agujero de guion. Nos habían contado que los señalados para ir al infierno no tenían escapatoria y morirían, irremediablemente, en el momento que les dijeron. Además, ¿qué interés van a tener los seres sobrenaturales en matar a dos personas inocentes? Lo cierto es que todas esas reglas han sido impuestas por la Nueva Verdad y, en realidad, no se conoce bien cómo funcionan estos actos. En varias ocasiones en la serie dicen que son hechos inexplicables y, más que justicia divina, son terribles accidentes.
No sabemos muy bien qué motiva las demostraciones, pero lo que queda claro con la salvación del bebé y la escena post-créditos es que algo está cambiando. En el lugar -ahora proclamado divino- en el que muere Park Jeong-ja (Kim Shin-rok), la primera muerte en ser retransmitida en directo, surge algo inesperado: la víctima ha vuelto a la vida. No sabemos si habrá segunda temporada de la ficción, pero si la hay, volverán a dar un vuelco al universo que ha creado Sang-Ho Yeon para la serie.
Puedes disfrutar de Rumbo al infierno y otras series de ciencia ficción en Netflix.
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