Han pasado casi treinta años desde que Robert De Niro y Leonardo DiCaprio compartieran pantalla por primera vez con Vida de este chico. Ahora, Martin Scorsese les ha vuelto a dirigir en su obra maestra Los asesinos de la luna. Y es que Marty es un director que marca cada película como maravilla casi sin excepción. Pero él mismo pudo haberles juntado antes: estaba empeñado en que De Niro interpretara un papel en Infiltrados... que acabó rechazando. Me apuesto lo que sea a que el actor acabó arrepintiéndose profundamente.
La X marca el lugar
Infiltrados no era el primer remake que firmaba Martin Scorsese (de la película de Hong Kong Asuntos sucios). En 1991 mejoró notablemente El cabo del miedo, y con la película asiática hizo exactamente lo mismo, dando más profundidad, una mejor composición de planos y una dirección de actores única que acabó convirtiéndose en cuatro premios Óscar (uno de ellos, el primero para él como director, que ya iba siendo hora).
Y solo hay que ver la película para entender qué es lo que hizo mejor. Es la sutileza en los planos, el toque de maestría necesario para convertirla en algo que va más allá. Por ejemplo, el hecho de que cada personaje que acaba muriendo en la película es señalado por una X en un momento dado: en un andamio, en una ventana, en un graffiti, donde quieras. Pero la X está. Los spoilers a la cara, como debe ser.
La película, la 45 de la historia del cine en número de "fuck" dichos (237), se convirtió en la más exitosa de su carrera. Sí: ni Taxi Driver, ni El lobo de Wall Street, ni Uno de los nuestros. Ahí donde la tenéis, es la película más popular entre el público. Al menos si los Osage no tienen nada que decir al respecto.