El cazador (1978)
El primer papel de importancia de Meryl Streep vino dado por este desgarrador drama bélico en el que compartía cartel con Robert De Niro, Christopher Walken y el malogrado John Cazale -Fredo Corleone en El Padrino-, a quien siempre ha considerado el gran amor de su vida. Dirigía Michael Cimino, y el empeño de la actriz acabaría proveyéndole de su primera nominación a un Premio Oscar, como Mejor Actriz de Reparto.
Manhattan (1979)
"Mi psicoanalista me advirtió que no saliera contigo, pero eras tan guapa que cambié de psicoanalista". Woody Allen le dirigía estas palabras en Manhattan, su siguiente obra como realizador tras la consagración que había supuesto Annie Hall. La actriz interpretaba a la ex-mujer del protagonista, que le había pedido el divorcio tras descubrir su homosexualidad, y registrado posteriormente todas las vergüenzas de su matrimonio en un libro.
Kramer contra Kramer (1979)
Pese a ser una mujer que abandonaba a su marido (Dustin Hoffman) y a su hijo para tiempo después volver y reclamar la custodia de este último, Meryl Streep se las apañó para que su personaje no nos cayera mal en ningún momento. Sucedió en Kramer contra Kramer, dirigida por Robert Benton, y tal logro fue merecedor de su primer Oscar a Mejor Actriz.
La mujer del teniente francés (1981)
Ya considerada como una de las actrices con más talento de su generación, el siguiente paso en la carrera de Meryl Streep fue participar en este lujoso drama de época dirigido por Karel Reisz, y en el que formaba pareja con Jeremy Irons.
La decisión de Sophie (1982)
La actriz consiguió su segundo Oscar gracias a este drama dirigido por Alan J. Pakula en el que interpretaba a una superviviente de los campos de concentración nazis, consolidando el aprecio que sentían por ella tanto crítica como público.
Memorias de África (1985)
Sydney Pollack estuvo al cargo de la dirección de Memorias de África, uno de los romances más emotivos y recordados de la historia del cine, y a cuyo recuerdo contribuyó la interpretación de Meryl Streep en la piel de Karen Blixen. Además, la banda sonora de John Barry conseguía otorgar aún más belleza a sus escenas con Robert Redford.
La muerte os sienta tan bien (1992)
A principios de los noventa nuestra actriz probaría suerte con el humor, protagonizando esta comedia negra con toques fantásticos que dirigía Robert Zemeckis, y en la que se encontraba acompañada de otros actores de renombre como Bruce Willis y Goldie Hawn.
Los puentes de Madison (1995)
Tras una carrera limitada a interpretar tipos duros, o a dirigir películas protagonizadas por ellos, Clint Eastwood sorprendió a propios y extraños con este magnífico drama romántico, en el que se reservó uno de los papeles principales. Meryl Streep fue la co-protagonista, y escenas como aquélla que sucede en su coche bajo la lluvia suponen la mejor razón para comprender cómo ha llegado hasta donde ha llegado.
Adaptation (El ladrón de orquídeas) (2002)
La actriz, a estas alturas prácticamente una institución, quiso poner su talento al servicio de un director tan excéntrico como Spike Jonze. De este modo, conseguiría que llegara a más público este experimento de cine dentro de cine en el que Nicolas Cage tenía un doble papel como hermanos gemelos y asistíamos al descubrimiento de Chris Cooper, además de disfrutar de secuencias tan adorables como la que encontraba a una Meryl Streep bastante drogada hablando por teléfono y jugando con sus pies.
Las horas (2001)
Stephen Daldry dirigió a la actriz en Las horas, un laureado drama tan complejo como fascinante cuya acción se desarrollaba en tres épocas distintas, teniendo como nexo de unión la novela La señora Dalloway, de Virginia Woolf. Meryl Streep, así, era acompañada de otras grandísimas intérpretes como Nicole Kidman y Julianne Moore.
El diablo viste de Prada (2006)
La actriz se convirtió en la malvada editora jefe Miranda Priestly en la comedia dirigida por David Frankel y co-protagonizada por Anne Hathaway. Además de contar con una Meryl Streep pasándoselo en grande, esta malévola disección del mundo de la moda iría consiguiendo adeptos con el paso de los años, convirtiéndose en una obra de culto.
Mamma Mia! (2008)
A Meryl Streep sólo le quedaba demostrar que cantar y bailar también se le daba bien, y en esta adaptación al cine del musical de ABBA lo hizo con creces. Acompañada de un reparto compuesto por nombres como Amanda Seyfried, Pierce Brosnan y Colin Firth, la actriz protagonizaba los mejores números de la función, destacando el que da nombre al filme.
La duda (2008)
La actriz encarnó a una monja despiadada en este 'thriller' religioso de John Patrick Shanley. En él, estaba acompañada por Amy Adams y el fallecido Philip Seymour Hoffman, este último en el papel de un sacerdote que era constantemente perseguido por el personaje de Streep.
La dama de hierro (2012)
El tercer -y hasta el momento, último- Oscar de Meryl Streep fue obtenido gracias a su recreación de Margaret Thatcher en este 'biopic' dirigido por Phyllida Lloyd. Las críticas que recibió la película no fueron excepcionales, pero casi todos coincidieron en que la actriz había realizado una de las mejores interpretaciones de su carrera... lo que es decir mucho.
Agosto (2013)
La multipremiada obra de teatro de Tracy Letts fue llevada al cine por John Wells y un reparto de campanillas compuesto por Ewan McGregor, Julia Roberts, Benedict Cumberbatch... y por supuesto nuestra Meryl Streep, en el papel de la agresiva matriarca de la familia protagonista que sufre de cáncer y cuyo marido se acaba de suicidar.