El castillo
El director Bill Condon y la diseñadora Sarah Greenwood se inspiraron en la película de animación de 1991 y en la versión de Jean Cocteau de 1946 para crear el castillo mágico en el que vive la Bestia.
El techo
Como la historia tiene lugar en Francia, el estilo barroco del Palacio de Vaux-le-Vicomte y la arquitectura renacentista del Castillo de Chambord sirvió como ejemplo para hacer los detalles del techo y de las torres.
El salón de baile
Para recrear la sala en la que el Príncipe (Dan Stevens) da bailes antes de ser convertido en Bestia, buscaron objetos muy lujosos y glamurosos. En el salón se pueden encontrar candelabros modelados al estilo de los de la Galería de los espejos de Versalles y un mármol en el suelo inspirado en el techo de una abadía en Braunau, Alemania.
Estilo rococó
Todas las estancias del castillo por las que pasean Bella (Emma Watson) y el resto de habitantes tienen un estilo rococó, que le da al lugar un ambiente mágico y misterioso.
La casa de Bella
Maurice (Kevin Kline) y su hija viven una modesta vivienda que contrasta con la opulencia del castillo. Uno de los grandes retos a los que tuvo que enfrentarse el equipo fue el diseño de las cajas de música que crea el padre de Bella y que representan distintos lugares del mundo, aquellos a los que la protagonista le gustaría visitar.
La aldea
Primero pensaron ubicar la aldea de la película en un pueblo real francés, como Conques o Noyers-sur-Serein. En su lugar, la crearon desde cero en los estudios de rodaje y decidieron darle el nombre de Villeneuve, en honor a la autora original de la Bella y la Bestia.
La biblioteca
El equipo de diseño se inspiró en una conocida biblioteca portuguesa para llevarla a la gran pantalla y, además, añadieron frescos originales para hacerla mucho más impresionante.