En una localidad de la Sierra de Madrid, Bego (Gracia Olayo) y Agustín (Antonio Resines) disfrutan de un retiro soñado entre fogones, sus plantas y jugar a las cartas con amigos. Pero desde que sus hijos, Miguel (Alberto Olmo) y Carla (Clara Lago), se independizaron y se trasladaron a la ciudad, el síndrome del nido vacío parece haberse instalado en la pareja, y comienzan a pensar, con tristeza, que sus hijos ya no se acuerdan de ellos. Para agravar la situación, no se presentan al almuerzo que la matriarca prepara por el cumpleaños de su hijo, y después les dicen que no irán a casa por Navidad. Todo ello conduce a sus padres a pensar un complejo plan para que vuelvan a su lado: fingirán que han ganado la lotería y que son multimillonarios.