John Wick, interpretado por Keanu Reeves (conocido por Matrix y Pactar con el diablo), es un exasesino a sueldo que lleva una vida tranquila tras haberse retirado de la violencia. Sin embargo, su mundo da un giro trágico cuando un ladrón roba su valioso Ford Mustang de 1969 y, para colmo, mata al perro que su difunta esposa le dejó como último regalo. Impulsado por la venganza, Wick comienza a rastrear al culpable, solo para descubrir que el delincuente es hijo de un poderoso jefe mafioso de Nueva York, quien ha puesto una enorme recompensa por la cabeza de Wick.
Lo que parecía ser una misión de venganza personal se convierte en una caza de alto riesgo, ya que el asesino profesional contratado para eliminarlo resulta ser un viejo amigo y ex compañero suyo, interpretado por Willem Dafoe (Spiderman). Este sicario, quien previamente le había aconsejado abandonar la peligrosa vida criminal tras la muerte de su esposa, se encuentra ahora en una posición en la que debe cumplir con su trabajo, a pesar de la conexión personal que los une. La relación entre ambos agrega una capa de complejidad emocional a la película, donde la lealtad, el destino y la redención se entrelazan en una espiral de violencia y desesperación.