La obra rescata la vida y legado de Antonio Ruiz Soler, destacado bailaor, coreógrafo y pionero de la danza española en el siglo XX. Junto a Carmen Amaya, Antonio brilló en una época en la que ser diferente implicaba grandes riesgos, enfrentando persecución y cárcel.
Reconocido como uno de los mayores embajadores del flamenco y la danza española a nivel internacional, su arte y genio lo consolidaron como un ícono de la cultura española y, para muchos, el mejor bailarín español de todos los tiempos.