La vida de Bruno, de 18 años, se ve cada vez más restringida por la dependencia de su abuela Nati, de 86 años. El joven lucha por equilibrar las crecientes necesidades de cuidado de su abuela, su trabajo y su tiempo con los amigos. Cuando le informan que una residencia ofrece un lugar para Nati, Bruno hará todo lo posible por mantener el equilibrio y no perder a la única familia que tiene.