Agnes tiene que enfrentarse y superar las secuelas de un evento traumático mientras intenta encontrar su camino hacia su bienestar. Intentará hacerlo con el apoyo de su mejor amiga, su vecina y un pequeño gatito. Así, intentará volver a conectar con la vida cotidiana.
Un sándwich preparado con cariño se convierte en el inesperado consuelo en su proceso de recuperación. Gracias a pequeños gestos de amor y amistad, Agnes intenta superar su dolor, recordando que, aunque las cicatrices se queden, la vida sigue adelante.