Barry Cooper, un condecorado oficial antidrogas de Texas, pasó de cazar narcotraficantes a desafiar a su propia fuerza policial. Tras descubrir la corrupción dentro del sistema, renunció y se convirtió en un activista contra la guerra contra las drogas. Lanzó Never Get Busted, enseñando a los consumidores a evitar arrestos y exponiendo a policías corruptos.
Su transformación de agente de la ley a denunciante lo convirtió en una figura polémica, enfrentando represalias mientras luchaba por la reforma del sistema judicial y el fin de la criminalización del consumo de drogas.