Pablo, un prestigioso arquitecto, decide abandonar su vida y bajarse en la estación de un pueblo olvidado. Compra un piso ruinoso frente a las vías y se sumerge en el anonimato, quizás huyendo de alguien, de algo o de sí mismo. En este lugar donde todo parece detenido en el tiempo, solo Raluca irradia luz con su optimismo.
Ella ha aprendido a confiar en la suerte, aunque la vida no siempre sea amable. Entre sombras y destellos de esperanza, la historia se convierte en un duelo entre el bien y el mal y el amor y el odio.