Crítica de SensaCine.com para Mala fama: Cómo ser Michel Blanc

En su segunda película como director, el famoso actor francés Michel Blanc abrazó por completo el metalenguaje y la referencialidad para romper la cuarta pared con una comedia/thriller en la que se interpreta a sí mismo sufriendo la odisea de ser sustituido por un doble exactamente igual a él. Las resonancias futuras del argumento (idea original de Bertrand Blier) que se pueden establecer con ejercicios de sorna metalingüística con actores interpretándose a sí mismos, desde 'Cómo ser John Malkovich' (Spike Jonze, 1999) o 'Full Frontal' (Steven Soderbergh, 2002) terminan siendo lo más interesante de un filme caótico y desmenuzado que no termina de encontrar su tempo.

Los percances que Blanc va sufriendo junto a Carole Bouquet (mucho más limitada de registros interpretándose a sí misma que en otras ocasiones) basculan entre la farsa evidente (una mujer a punto de dar a luz pidiéndole un autógrafo a Bouquet en el ascensor del hospital) y el drama demasiado tremendista para ser tomado en serio. Quizás 'Mala fama' sea la confirmación de que el star system francés tampoco da para sacar muchas risas, al menos fuera de sus fronteras si estamos menos familiarizados con la exposición mediática de sus rostros como para encontrar hilaridad en su mera presencia desglamourizada.

A favor: Los cameos autoparódicos de estrellas del cine francés, como Charlotte Gainsbourg, Josiane Balasko, Thierrry Lhermitte o Mathilda May.

En contra: La idea e implicación de los intérpretes está muy por encima del mediocre resultado final.