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    Los silencios del palacio
    Críticas
    3,5
    Buena
    Los silencios del palacio

    El harem del bey

    por Eulàlia Iglesias

    Lejos de los palacios de los cuentos de hadas, éste en el que vive la joven Alia es el hogar de la familia del bey, el equivalente al monarca en Túnez. Alia nació entre estos muros. Su madre, sirvienta en la casa, nunca le ha explicado quién es su padre. Ella intuye que es uno de los príncipes: entre los silencios del palacio va descubriendo que su madre se ve obligada a ser la esclava sexual de los hijos del bey.

    La protagonista convoca todos estos recuerdos en su juventud, un día que vuelve al palacio ya en decadencia. Alia rememora esta situación de esclavitud a la que se veían sometidas las mujeres que trabajaban allí, a las que ni tan siquiera se permitía salir a la calle. La joven se conciencia de esta situación interna al mismo tiempo que Túnez vive el proceso de liberación de Francia. A pesar del paralelismo, la directora no lleva a cabo una equivalencia plena del fin del proceso colonial y el inicio de la libertad para la mujer en Túnez. La invocación de los silencios que vivió su madre le permiten, por el contrario, afrontar los que sufre ella en el presente.

    Más allá de centrarse en la represión de la mujer en el Túnez de la segunda mitad del siglo XX, Tlatli lleva a cabo también un retrato de las mujeres que viven en comunidad. 'Los silencios de palacio' es  una incursión en un gineceo particular, un lugar cerrado donde las mujeres no abandonaban su sensualidad a pesar de los abusos y desarrollaban sus propios sistemas de consuelo y apoyo.

    A favor: el uso de la música en el film.

    En contra: el personaje del maestro, poco dibujado.

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