Buen cine académico
por Rodolfo SánchezUna película como La institutriz puede situar al espectador en una doble situación a la hora de evaluarla y disfrutarla.
La ópera prima de Sandra Goldbacher continúa cierta tradición del cine británico basada en la realización de dramas epocales de excelente factura, aunque académicos, en la que un buen guion, sólido y trabajado, y unos actores competentes, suelen ser suficientes para entregar un buen producto. Después, depende de quién se encuentra tras la cámara para que la película sea más o menos interesante, aporte algo a la tradición del género. De esta manera, como decíamos, el espectador deberá saber decidir si La institutriz es algo más que una mera continuación de una herencia fílmica realizada con corrección, bien narrada y bien resuelta, o un melodrama frío y académico sin pasión ni alma. Porque en ambos extremos, no tan separados como pueda parecer, se mueve esta película que, no hay duda de ello, es correcta y ejemplar en muchos sentidos, pero demasiado calculada en otros.
A favor: Los actores y el diseño de producción.
En contra: Que es demasiado inglesa, y eso puede operar en su contra.