Crítica de SensaCine.com para Austin Powers: Misterioso agente internacional: El agente más ye-ye

El personaje de Austin Powers es indisociable de la figura de quien lo interpreta, Mike Myers; es más, podría decirse que parece que este es director de las entregas. Pero no es así. Tras las tres entregas se encuentra Jay Roach, cineasta que luego se adentró de manera alternante en otras obras como Los padres de ella o Los padres de él o La cena de los idiotas (USA Versión). Pero sin duda, toda esa carrera, buena o mala, diríamos que más bien regular, se asentó en el éxito de Austin Powers: Misterioso agente internacional, primera de la serie.

Como suele ocurrir en estos casos, se trata de la mejor de la saga aunque sea un auténtico disparate sin pies ni cabezas que para disfrutar algo más se debe visionar en versión original y no tanto por razones de purismo sino porque los doblajes de la saga fueron de mal en peor. De Austin Powers: Misterioso agente internacional toma el modelo del cine de espionaje representado por James Bond y lo convierte en una parodia hiperbólica que acaba poseyendo su personalidad, lo cual no deja de ser curioso: un personaje paródico acaba siendo tan reconocible como aquel al que ataba desde la distorsión. Y así, Meyers se convirtió a finales de los noventa en un rostro reconocible dentro de una serie de películas con cierta gracia pero que en su continuo uso de lo soez acaban cayendo en el infantilismo más puro. Aunque funciona en todo momento.

A favor: Myers.

En contra: Myers.