Crítica de SensaCine.com para Volcano: La tierra erupta

Volcano de Mick Jackson llegó un año después que Twister de Jan de Bon y el mismo año que Un pueblo llamado Dante's Peak de Roger Donaldson. Todas ellas, anunciadas con la etiqueta de "cine de catástrofes", con dramas familiares y sentimentales de fondo bastante ramplones que parecen funcionar simplemente como excusas para posteriormente dar rienda suelta a una sucesión, la mayor parte de las veces indiscriminada y abotargante, de efectos especiales de devastadoras consecuencias en pantalla. El filme de Jackson, conocido especialmente por El guardaespaldas, atesoró el año de su producción, 1997, una candidatura para los premios Razzie como "Peor temerario desprecio por la vida humana".

Volcano narra la amenaza que se cierne sobre la desprevenida ciudad de Los Ángeles cuando un volcán avisa de su inminente estallido. Si en Twister nos quedábamos en Oklahoma, aquí aumentamos la dimensión de la cosmópolis y reunimos no a un par de equipos de científicos ávidos de celebridad meteorológica, sino a una sismóloga (Helen Hunt) que se une al gestor de emergencias en la ciudad (Tommy Lee Jones) para coordinar las operaciones de defensa que eviten, en primera instancia, que el pánico asole y confunda a la población y, por ende, que el caos reine. Sin embargo, los hilos narrativos y los personajes apenas tienen gancho y la acción misma queda engullida bajo los escombros que dejan las tracas efectistas.

A favor: La aparición de los primeros síntomas volcánicos.

En contra: Su poco interés más allá de alguna que otra secuencia de acción aislada.