Matriarcado en una colina
por Bibi RamosEl realizador irlandés John Irvin, responsable de Los perros de la guerra o La colina de la hamburguesa, entre otras, se rodeó de un notable elenco de actrices para llevar a la gran pantalla un relato original de Hugh Leonard, quien firmaría también el guión cinematográfico. El punto de partida del relato puede resultarnos familiar en términos generales: el "alboroto" y tensiones subsiguientes que suele provocar en una pequeña, jerarquizada y hermética comunidad cuando a ella llega "un otro nuevo".
Situada en los años veinte, hasta el pueblo irlandés de Kilshanon, donde viven un grupo de mujeres viudas y acaudaladas, llega una joven nueva, Mrs. Edwina Broome (Natasha Richardson), y todo el mundo se pregunta sobre ella y contempla su atractivo. La señora Doyle-Counihan (Joan Plowright), algo así como la cabeza de ese matriarcado, pronto empieza a sentirse amenazada por esa "rival" a la que, además, su hijo Godfrey, el codiciado hombre soltero del lugar, pronto empieza a cortejar. El pico de las viudas es un guión bastante efectivo donde se cruzan el formato de comedia negra típicamente inglesa, elegante y bien interpretada, con una trama de misterio a lo Agatha Christie. Quizás funciona mejor este segundo que el humor que destilan los diálogos entre los personajes. En cualquier caso, solo por las sólidas interpretaciones de Plowright, Richardson y Mia Farrow ya merece la pena el visionado.
A favor: Las interpretaciones y el modo en cómo se construye el misterio que guarda la recién llegada.
En contra: No comulgar en exceso con su sentido del humor.