"El Día De La Bestia" es una entretenida e interesante comedia negra, dirigida por Álex de la Iglesia, uno de los más inventivos e irónicos cineastas del cine español.
El sacerdote vasco Ángel Berriatúa, cree haber encontrado en el Apocalipsis de Juan la clave para descifrar el mensaje secreto sobre la fecha de nacimiento del Anticristo. De acuerdo a sus cálculos, el hijo del Diablo nacerá el 25 de diciembre de 1995, en Madrid, donde curiosamente ha comenzado una violenta ola de vandalismo y delincuencia. Un metalero satánico y un presentador italiano de TV de programas de ciencias ocultas, ayudarán al cura en su misión. Aléx de la Iglesia propone una esquizofrénica y muy entretenida versión satánica de la Navidad, en la que el espectador nunca sabrá si este viaje alucinógeno es real o producto del delirio de un trío de dementes buscando al hijo del demonio para acabar con él y salvar a la humanidad de su pérfida dominación. Sí, porque el gran mérito del guión firmado por De la Iglesia y Jorge Guerricaecheverría es proponer de esos guiones tan demenciales como alucinantes, donde todo está tan bien pensado y estructurado que cuesta encontrarle defectos, principalmente porque no se autoimpone límites en cuanto a creatividad y desenfreno y donde la magia de la narrativa se da porque dentro de lo absurdo que puede ser la historia, está anclada a la realidad con pilares narrativos inteligentes, como es una ácida crítica a ese ambiente artifical de la Navidad, en especial en los países de Occidente y ese viejo afán del hombre de encontrar la referencia maligna por excelencia, ya sea por morbo, por intuición o por un afán mesiánico.
La primera idea que Aléx de la Iglesia lanza a la pantalla es la de un cura vasco, que jamás en su vida a salido de su diócesis pero cuya fe y determinación lo ha llevado a sentir que él ha sido escogido para encabezar una cruzada de miles de años, pero que ha resultado siempre infructuosa. Desde el momento en que el Padre Ángel decide hacer el mal, tras la abrupta caída de la enorme cruz de piedra sobre su superior que no cree una palabra de lo que el sacerdote dice, robando y negando la extremaunción a los moribundos, robando en las tiendas comerciales, fumando marihuana y escuchando música satánica, el espectador sabrá que esta aventura es psicodelia pura y que puede termina en cualquier cosa. De esta forma, el guión presenta una surrealista conjunción de "tres reyes magos" mundanos, cuya misión no es la de sus legendarios antecesores, buscar al hijo de Dios para entregarle tributo y adorarlo, sino destruirlo y así salvar a la humanidad. Como personajes mundanos, estos tres soldados de la humanidad terminarán por abrazar el ideal quijotesco del Padre Ángel, aunque con ciertas dudas sobre la locura de la empresa y su simpatía por el Diablo. Y es así como en gran medida, las características de estos tres personajes son los que estructuran la acción. Ya mencioné al Padre Ángel, verdadero Quijote del Cristianismo buscando al hijo del Diablo, sin importar que en ello pierda la inmortalidad de su alma. Él tiene claro que es el único que puede encontrarlo y destruirlo, y para ello no esconde que se ha refugiado en la ciencia para hacer los cálculos que para él, de forma inequívoca, son correctos. Pero como buen Quijote, necesita de un Sancho Panza, o más bien dos, en este caso.
El primero de ellos es José María, un metalero satánico que trabaja en una tienda de discos de metal, y que queda encantado con que el Padre Ángel esté buscando mensajes arcanos en las canciones de los grupos de éste género, y más cuando lo invita a ser parte de la cruzada, ya que surge en él un interés inusitado de encontrarse con el Diablo, acaso uno de los ejemplos más claros de la extraña seducción que provoca el Maligno en la gente, una mezcla de miedo y fascinación por todo lo que la cultura popular ha construido en torno a su milenario y malévola figura. Y el segundo es el Profesor Cavan, un charlatán conductor italiano de programas de ciencias ocultas, que tiene un éxito arrollador en la audiencia española. Envuelto en el contexto del cambio de milenio que se acercaba en ese entonces, el guión presenta a Cavan como el reflejo de una sociedad que de todo hace comercio y parafernalia, en concreto, lo oculto y lo paranormal abordado de manera sensasionalista y amarillista, aprovechando la credulidad de la gente, que parece ansiosa de creer que detrás de lo inexplicable hay fuerzas malignas de otra dimensión o de otra naturaleza. De esta forma, De la Iglesia, a través de estos personajes, realiza una pertinente crítica al fanatismo y la hipocresía religiosa, ese mundillo falso de las buenas intenciones y supuestos cambios de actitud que nunca llegan a buen puerto y que duran solamente lo que dura la festividad. Y, por supuesto, el rol del capitalismo y el consumismo de los medios, en especial la TV, que enajena a las masas ignorantes y saca provecho económico de ellas. Honestamente, es muy interesante y acertada la idea del director de exponer las relaciones entre la religión, el dinero y el control ideológico y comercial sobre las masas.
Sin embargo, De la Iglesia, también tiene tiempo para exponer la violencia racial, por más que la presente en un contexto de comedia negra. En el guión, se presenta de forma evidente como símbolo de que las profecías apocalípticas de la Biblia son ciertas, aunque en el fondo el director lo expone como un hecho lamentablemente cotidiano, que adquiere ribetes muy fuertes y grotescos, y que es reflejo de una sociedad cuyas relaciones se descomponen, ante la indiferencia y el miedo de la gente de intervenir. Por lo mismo, el director expone el mal de diversas formas a través de cuidados personajes secundarios, como los xenófobos y racistas que golpean, queman (la escena en la que queman a un vagabundo es brutal) y asesinan todo aquello que les parece repugnante socialmente, entiéndase vagabundos, inmigrantes latinos o minorías sexuales, bajo el nombre de "Limpia Madrid", pero principalmente a través del personaje de Rosario, la madre de José María, que representa esa madre salvaje, brusca y poco atinada, con un sentido del deber tan grande como su terquedad. No obstante, la película está llena de momentos tragicómicos, como los intentos del Padre Ángel de hacerse mundano y practicar el mal. Las peripecias del Padre Ángel en la pensión de Rosario, la madre de José María, quien termina por descubrir que el cura se guarda algo extraño y no duda en tratarlo de hacer volar con su escopeta y su desafortunado fin. El secuestro e intento de convencer al Profesor Cavan para realizar el ritual e invocar al diablo. Y aquella legendaria escena en el Edificio Carrión, con nuestros justicieros colgando de un cartel publicitario eléctrico de Schweppes. Por otra parte, están las escenas más terroríficas, como aquellas en la que en el ritual, aparece un macho cabrío que termina poniéndose de pie, aquella que ya mencioné del vagabundo siendo quemado por vándalos, y más aún la escena en la que el Diablo se aparece y agarra a un histérico y risueño Jose María hacia el clímax en la "Puerta de Europa".
Las actuaciones son correctas, siendo decididamente acertados la elección del reparto.
El malogrado Ángel Angulo interpreta al Padre Ángel y no pudo haber sido mejor su elección, regalando una actuación convincente que deambula entre la seriedad y el sarcasmo. Santiago Segura como José María, irrumpe en este film y da cuenta de porqué se le considera uno de los mejores actores cómicos de España, en un personaje tan estrafalario como entrañable. Y el italiano Armando de Razza como Ennio Lombardi, el "Profesor Cavan", un expertos en ciencias ocultas que traspasa la línea de la charlatanería para darse cuenta que todo es posible. Completan el reparto, un buen grupo de secundarios, como la grandiosa Terele Pávez como Rosario, la madre de José María y dueña de la pensión en la que el Padre Ángel se hospeda, una actriz que cada vez que aparece inunda la pantalla con su presencia y pintorescos personajes dominantes. Nathalie Seseña encarna a Mina, la ayudante de Rosario, una rubia ingenua que es interés amoroso de José María. Y María Gracia Cuccinotta es Susana, la voluptuosa novia del Profesor Cavan. También hay cameos del Gran Wyoming como el nuevo Profesor Cavan, el siempre reconocible Enrique Villén y Antonio de la Torre.
En definitiva, entretenida e interesante comedia negra, con mucha personalidad, un humor negro muy ácido y referencias sarcásticas inteligentemente bien expuestas. De la Iglesia crea una de las más memorables comedias del cine español moderno, más compleja de lo que aparenta, contiene algunas de las escenas más icónicas del cine español de los últimos tiempos y acaba realizando una clara crítica social al mostrar los barrios bajos de Madrid, el declive de la sociedad y una rotunda crítica a la farsa televisiva.
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