Crítica de SensaCine.com para The Shadow (La Sombra): A la sombra de Genghis Khan

Habiéndose curtido especialmente en el género de acción y en el formato de los videoclips, el australiano Russell Mulcahy, especialmente conocido por estar detrás de las cámaras de Los inmortales de Christopher Lambert y Sean Connery, secuela incluida, se atrevió en 1994 con la traslación a la gran pantalla del superhéroe literaturizado en los años treinta por Walter B. Gibson, que en realidad había gozado de un nacimiento radiofónico. El personaje contó con varios seriales en la época, pero La sombra (The Shadow) sería la ocasión más ambiciosa y que contaría con un presupuesto más holgado.

Alec Baldwin se mete en la piel de este superhéroe formado por un monje en el Tíbet, lugar donde halló su redención y donde desarrolló la habilidad que le caracteriza, la umbrakinesis, que le permite controlar las sombras ajenas y propia. Nueva York será la ciudad elegida para de manera secreta y anónima intentar extirpar el mal de las calles. El guión no va mucho más allá de esta simple línea argumental donde los personajes resultan descafeinados y la acción hace aguas contantemente.

A favor: La dirección artística y las apariciones de Ian McKellen.

En contra: La poca fuerza de Baldwin en el papel protagonista y su fallido guión.