Norte de España, finales de los 70, el verano más cálido de los últimos años. Norman (Paddy Considine) y Lucy (Virginie Ledoyen) son un matrimonio inglés que no atraviesa su mejor momento. Unas vacaciones junto a unos amigos, Paul (Gary Oldman) e Isabel (Aitana Sánchez-Gijón) pasa por ser la solución. Alejados de Londres, lo que se presenta como un idílico fin de semana de naturaleza y caza en el caserío recién comprado por Paul, no acabará como ellos hubieran deseado. El choque cultural con los lugareños encabezados por Paco (Lluis Homar) y el encuentro fortuíto de una casa abandonada, desencadenará una espiral de violencia entre ellos.
El debut cinematográfico del director Koldo Serrá, quien nos trae un Thriller tenebroso, inquietante y sombrío. La ambientación tiene ese toque escandinavo y con un aire a Poe, siendo que es un pueblo del norte de España, donde se siente esa desconfianza y ese misterio.
El ritmo de la película es bueno, sabe elegir bien los momentos de tensión y está bien narrada. El guión no es nada del otro mundo y la trama sin más. El final está bien pero podría haber cerrado mejor.
Aún así lo dicho, muestra una ambiente muy retorcido, la niña por ejemplo ha visto la maldad de cerca. Ella es fruto de un mundo cruel y ha padecido de maltratos, siendo prisionera como un perro. Los protagonistas muestran síntomas de decadencia en sus relaciones personales, que son el resultado de la decadencia que ellos mismos sufren como personas. Este rencor va creando odio, y el odio más oído, hasta que todo termina explotando, y la espiral termina con los personajes.
No es tan mala y tiene buenos momentos de tensión, pero sinceramente Gary Oldman la lleva a los hombros completamente. Me lo quitas de la película y me pones a otro y no la termino.