Crítica de SensaCine.com para Tú asesina, que nosotras limpiamos la sangre: El efecto Tarantino

Tú asesina, que nosotras limpiamos la sangre, dirigida en 1996 por Red Braddock, fue un producto típico de los mediados de los noventa surgido a raíz de la eclosión del cine de Tarantino y de sus imitadores –ya fueran o no alentados por el mismo director, como es este el caso-.

Un cine frenético, violento, de diálogos pretendidamente ingeniosos, con cierta desinhibición a la hora de acercarse a la violencia… en fin, elementos que Tarantino domina y que no se encuentran en casi nadie más. Braddock lo intenta pero se queda corto en su propuesta, que no pasa de ser una apuesta medianamente divertida pero sin sustancia alguna, con ciertos momentos conseguidos pero que no son suficientes como para que Tú asesina, que nosotras limpiamos la sangre sea algo más que una medianía con la que su director-guionista busca antes el empatar y ser gracioso que en construir un discurso visual propio y con personalidad.

A favor: Angela Jones.

En contra: William Baldwin y que resulta demasiado artificial en su conjunto.