Tras la notable película de terror "Wolf Creek", Greg McLean nos trajo una película de terror con monstruos al estilo tradicional de aventuras, en este caso con un cocodrilo. La película, sin ser nada revolucionario ni especialmente destacable, es bastante entretenida y efectista, sin alardes pero sin errores de bulto (digámoslo así) y en la que aparece como secundario Sam Worthington un par de años antes de dar el gran salto a la fama con "Avatar".